Carlos Rennella y Fernando Liut se encontraron ayer en el aeropuerto de Guayaquil y con orgullo observaban las réplicas a escala de los aviones que a inicios del siglo pasado pilotearon sus parientes, Cosme Rennella y Elia Liut.

El Patria I y El Telégrafo I, que marcaron los inicios de la aviación entre 1913 y 1920, permanecen colgados en el techado de la terminal porteña, como un tributo a los pilotos. Juntos a estos reposa la aeronave Ansaldo SVA 5, que años más tarde cubrió la ruta Guayaquil-Quito.

La exhibición de los aparatos, que están sobre la zona de restaurantes, fue inaugurada por el alcalde Jaime Nebot y los descendientes de los aviadores.

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Rennella, sobrino del primer aviador nacional, se mostró agradecido de que la ciudad perennice el aporte que dio su tío, que voló por primera vez el Patria I en el Jockey Club, donde ahora se asienta el barrio del Centenario.

Las reseñas históricas indican que ese primer vuelo se promocionó como el inicio de la ‘temporada de aviación’ y desató emociones entre los guayaquileños en 1913.

Durante el acto, el sobrino de Liut recordó que él fue el primer piloto en cruzar los Andes en 1920. Antes de ese viaje había hecho exhibiciones en Guayaquil en el biplano El Telégrafo I. “Para nosotros es un honor este reconocimiento por la hazaña que él hizo”, dijo. (I)