Kaína Vives de la Torre, de 19 años, no tuvo tiempo a nada. Apenas alcanzó a sacar a sus hijos de 4 y 5 años, y arrastrar su tanque de gas hacia la calle, antes de que el cilindro de su vecina estallara.

El hecho ocurrió a las 12:30 aproximadamente del pasado domingo en la coop. Jacobo Bucaram, sector isla Trinitaria, en el sur de Guayaquil.

Vives contó ayer que su vida y la de sus hijos pudo haberse extinguido en cuestión de segundos, pero que la rapidez con la que ella y su esposo, Christian Bermúdez, actuaron salvaguardó a la familia.

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“Olía a gasolina y mi esposo fue a revisar atrás, y es ahí que se da cuenta de que estaba saliendo humo de la casa de la vecina y grita que salga de la casa con los bebés”, relató la joven.

Se trataba de la vivienda de Mónica Toala Loor, de 41 años, quien habitaba con sus hijos de 14, 8 y 6 años. Todos habían salido desde temprano hasta una cancha de fútbol cercana donde el mayor tenía que jugar, cuando les avisaron de la tragedia.

Toala no se explica qué pudo haber ocasionado el incendio y posterior estallido de su tanque de gas. Aseguró que dejó desconectados todos sus artefactos eléctricos, excepto un cargador de celular. “Pero solo Dios sabe qué realmente pasó”.

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Para Mónica Toala no había sido un día fácil, pues contó que horas antes del incendio, a las 08:00, fue víctima de robo. “El niño (de 6 años) me dice: ‘mami, ¿y el televisor? Con tanto esfuerzo que uno tiene sus cosas para que vengan y se le metan a coger las cosas”.

El incendio también destruyó la casa de Ignacio Quijije, quien en ese momento se encontraba en Balzar visitando a su madre enferma.

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Pero sus hijos sí estaba en casa. Joel Quijije relató que había salido a comprar cuando escuchó la explosión y que lo primero que hizo fue correr a su domicilio por su hermana Melani, de 12 años, quien estaba haciendo las tareas escolares.

Ambos alcanzaron a salir de la vivienda antes de que el techo se desplomara sobre los enseres. Al igual que las demás familias, no pudieron rescatar ninguna de sus pertenencias.

Juana De la Torre Tambaco, madre de Kaína Vives, es otra de las perjudicadas. Ella vivía en una casa junto a la de la joven con sus últimos hijos de 10 y 4 años. Todos pasaron la noche en casas de allegados y vecinos, a la espera de ayuda.

Ayer, personal del Municipio de Guayaquil hizo una evaluación en el sitio y decidió ayudarlos, en los próximos días, con casas de Hogar de Cristo. (I)

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