En el recinto La Juanita El Mirador, en la Parroquia Cube del cantón Quinindé, en Esmeraldas, ya no viven las familias que solían habitarlo.

Después del evento tectónico del 30 de abril pasado (que habría sido una secuela del terremoto del 16 de abril), los habitantes fueron evacuados porque la tierra se abrió en varios sectores y hundió centímetros de algunas casas.

Ahora es difícil saber dónde están esos damnificados. “Solo se sabe que algunos están viviendo con sus familiares por Guayllabamba, Las Golondrinas y Caple”, aseguró Santiago Sarango Moreno, uno de los pocos propietarios de esas viviendas que regresa continuamente al sector.

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El sábado por la mañana, Sarango había regresado a su vivienda ahora inhabilitada, para dar de comer a sus animales. Como él, la familia de Mayra Olguín también regresó al sitio para alimentar a sus animales en una casa contigua. Saben que no pueden quedarse por el riesgo de un nuevo evento.

Rocío Imacela, moradora del sector de El Mirador, asegura que los afectados en primera instancia fueron acogidos en diversas casas y también el centro de acopio, pero luego fueron llevados por sus familiares a diversos puntos.

Unos, como Sarango, se han inscrito para ser parte de los beneficiarios de las ayudas que le pudieran entregar las autoridades. Pero cuenta que les han informado que el resto de familias también deberían acercarse al sitio del problema para poder registrarse. De lo contrario, creen, no podrán beneficiarse.

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Sarango recuerda con tristeza lo ocurrido ese 30 de abril, cuando estaba celebrando un cumpleaños y sintieron que se abría la tierra. Su casa de dos pisos, construida con lo que logró ahorrar estando 23 años en EE.UU., quedó cuarteada y se hundió entre 30 y 40 cm. No ha podido sacar su cama ni sus pertenencias del segundo piso, pues existe el riesgo de que colapse totalmente.

Días atrás, un funcionario de la Unidad de Riesgos del Municipio de Quinindé, dijo que el incidente pudo haberse producido por las constantes réplicas y que un equipo de técnicos haría un análisis de la situación para determinar lo ocurrido en ese sector.

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El temor sigue latente en los vecinos del lugar. Diana Andrade, quien tiene su casa en La Juanita, pero está alejada de la zona de peligro, contó que la tarde del 30 de abril varios vecinos alertaron que se había abierto la tierra.

Por eso toda la población huyó despavorida, cuenta. Luego cuando todos se reunieron en la cancha se escucharon ruidos como de un motor por dentro de la tierra, se cayeron postes y se fue la luz.

A cinco minutos del sector, a la altura de Los Naranjos, el evento telúrico también cuarteó parte de la carretera.

En el sitio se formó un horado que impide la normal circulación vehicular por ese carril. Al momento hay una maquinaria y un equipo de obreros que realizan trabajos para tapar ese orificio y rehabilitar la carretera para que haya fluidez del tránsito. (I)

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Estudios
Sitios afectados

Fallas
Los estudios que se efectúen en la zona esmeraldeña donde se partió la tierra determinarán si se trata de una falla geológica local o tiene relación con el terremoto de magnitud 7,8, que dejó daños en Manabí y Esmeraldas el 16 de abril pasado. Esta provincia está en zonas de fallas geológicas.

Mercado
En Quinindé se realizó una inspección de las estructuras que quedaron afectadas por el movimiento telúrico del 18 de mayo pasado. Para determinar el grado de afectación, los inmuebles han sido categorizados y se ha ubicado un sello para su identificación, dio a conocer el Municipio.