Monseñor Fadi Bou Chebel, de origen libanés y exarca apostólico para los fieles maronitas residentes en Bogotá, por designación del papa Francisco, en enero pasado, llegó ayer a la Unidad Educativa Claire Bucaram de Aivas, en la ciudadela Samanes, con un cuadro de la Virgen de Guadalupe para regalar a la institución, regentada por la Sociedad de Beneficencia de Señoras Libanesa Siria.

La comunidad educativa, conformada por 1.400 alumnos, según la vicerrectora Mariela Abad, le ofreció una cálida bienvenida, con canto a la sociedad libanesa, inclusive.

Monseñor Fadi Bou Chebel, de visita en Guayaquil desde el domingo pasado, pidió rezar un padrenuestro y orar por los afectados del terremoto en Ecuador, por las víctimas de la guerra en Siria y por los “cristianos, blancos y morochos” que viven en Líbano. Dijo que trajo a la Virgen guadalupana porque era considerada la patrona de América y porque se le apareció a un niño indio, Diego (en México, en 1531, de acuerdo con el portal Aciprensa).

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El cuadro será colgado en la capilla del plantel, según Fadia Chedraui, miembro de la Sociedad de Beneficencia de Señoras Libanesa Siria, que en 1996 empezó a prestar servicios educativos en Guayaquil con una guardería y que hoy ofrece bachillerato general unificado ya con seis promociones egresadas.

Monseñor Fadi Bou Chebel, que hoy a las 09:30 prevé visitar al arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Gerardo Cabrera, señaló que Francisco le encomendó constituir una diócesis dirigida a la comunidad siria-libanesa-palestina.

“Su sede será Bogotá; tengo que preocuparme por los descendientes de la colonia siria-libanesa-palestina para conservar nuestras raíces y nuestra, digamos, espiritualidad oriental, para eso tengo que fundar una diócesis maronita en esta tierra”, expresó.

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Luego de su cita con el arzobispo Cabrera, tiene programado acudir al santuario del Señor de la Divina Misericordia, en la vía a la costa.

Monseñor Fadi Bou Chebel comentó que buscará venir al país cada dos o tres meses.

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De su encuentro con los estudiantes, dijo: “Estoy muy emocionado. Doy gracias a Dios que nuestra colectividad no quedó cerrada sino que se abrió al país que lo recibió, que esta comunidad ha hecho el bien para la sociedad ecuatoriana; eso es parte de nuestra misión”, manifestó. (I)