La comisión de ética de la Cámara Baja de Brasil comenzó ayer audiencias que podrían conducir a la expulsión de uno de los legisladores más poderosos del país. A principios de mes, el Tribunal Supremo suspendió a Eduardo Cunha como presidente de la Cámara de Diputados y ahora sus colegas sopesan si debe ser expulsado del órgano legislativo.

Cunha se enfrenta a acusaciones por corrupción, obstrucción de la justicia y de mentir al Congreso al haber negado que poseía cuentas bancarias en el extranjero.

Los fiscales suizos sostienen que Cunha tuvo cuentas secretas en el banco Julius Baer, por un valor estimado de $ 5 millones. Los investigadores brasileños sospechan que esos fondos están vinculados con una confabulación de corrupción de la petrolera estatal Petrobras.

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Esto luego de que el jefe de Gabinete del expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado a 23 años de prisión, el miércoles último, por corrupción, lavado de dinero y conspiración, en el marco del escándalo de Petrobras.

José Dirceu, un importante líder del Partido de los Trabajadores que gobernó Brasil desde el 2003 hasta que la semana pasada la presidenta Dilma Rousseff fue suspendida, fue sentenciado antes a más de 10 años de cárcel por una operación de compra de votos en el Congreso. (I)