La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, prefirió ayer recluirse en su residencia oficial del Palacio de la Alvorada. Dejó su habitual paseo matutino en bicicleta y optó por una caminata. Tampoco asistió a una reunión de ministros sobre el balance de su gestión.

El palacio presidencial de Planalto ayer amaneció prácticamente desierto, publicó el sitio infobae.com.

Cerca de ahí, en la sede del Parlamento, el Senado debatía el futuro de la mandataria. Los miembros del pleno iniciaron en la mañana una maratónica jornada en la que cada senador intervenía durante 15 minutos para argumentar su postura sobre el impeachment de la mandataria brasileña.

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Hasta el cierre de esta edición, los senadores continuaban reunidos y se preveía que la votación para decidir si se inicia o no un juicio a Rousseff se daría en horas de la madrugada de hoy, publicó oglobo.globo.com.

Mientras, un vacío fantasmal invadía el gabinete de la presidenta. Rousseff retiraba libros y otros objetos personales de su despacho en la Presidencia, donde el clima “es de velatorio”, dijo una fuente de Planalto que pidió no ser identificada.

La consultora con sede en Brasilia ARKO Advice proyectó que la Cámara alta votará 57-21 en favor de juzgar a Rousseff.

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Esto significaría que los rivales de la mandataria podrían lograr los dos tercios de apoyos necesarios para condenar y destituirla de forma definitiva al final del juicio. El vicepresidente Michel Temer ocupará su puesto hasta por seis meses mientras se decide si la presidenta será, o no, destituida permanentemente.

En una señal de que Rousseff se preparaba para una derrota, una fuente dijo que la presidenta dejará hoy el Palacio de Planalto por la puerta del frente acompañada por sus ministros y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva una vez que reciba la notificación sobre el inicio del juicio político en su contra, y dará un discurso para sus seguidores a las 10:00.

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Además, la mandataria planea liberar a todos sus ministros para que Temer nombre a su propio gabinete. La excepción sería el líder de la cartera de Deportes para no interrumpir los preparativos para los Juegos Olímpicos.

Una funcionaria de la Presidencia describió el clima como “muy triste”. “Muchos de nosotros estamos buscando nuevos empleos. No queremos trabajar para el vicepresidente”, dijo la mujer que laboró en el gabinete de Rousseff por tres años.

Durante el juicio, Rousseff permanecerá en la residencia oficial, posiblemente recibiendo la mitad de su salario. La maniobra de último minuto del Gobierno para frenar el impeachment fue infructuosa: el Supremo Tribunal rechazó el recurso para anular el proceso.

La Plaza de los Tres Poderes, el corazón del Gobierno brasileño, usualmente repleta de transeúntes y tráfico, ayer fue cerrada al público.

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Junto al Congreso, una gran empalizada de metal fue montada para dividir a manifestantes a favor y en contra del impeachment. Hubo protestas en varias ciudades.

Temer anunciaría un nuevo gabinete hoy mismo. Inclinándose hacia una política económica liberal, escogería como ministro de Hacienda al expresidente del Banco Central Henrique Meirelles. (I)