El terremoto del pasado 16 de abril, que afectó a poblaciones de tres provincias del país, ha motivado a entidades educativas de la ciudad a poner más atención en planes para actuar en caso de que se presente otro fuerte sismo.

Planteles como el Colegio Alemán Humboldt, ubicado en Los Ceibos y con sede en Samborondón, han direccionado también su atención a la parte psicológica en relación con los traumas que suelen quedar después de que las personas experimentan una catástrofe natural como un terremoto.

El pasado sábado, de 09:00 a 17:00, se realizó en las instalaciones del colegio el ‘Taller de Pedagogía de Emergencia’, que fue dirigido por Bernd Ruf y su equipo de trabajo de Pedagogía de Emergencia del colectivo Amigos del Arte de la Educación / Freunde der Erziehungskunst, que cuenta con personas de Alemania, Brasil, Colombia y Argentina.

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Este colectivo de Pedagogía de Emergencia ha viajado por todo el mundo ayudando a niños y jóvenes que han vivido experiencias traumáticas, como opresión étnica, guerra, explotación, refugiados, víctimas de desastres naturales, entre otras inclemencias. Ellos tienen en común que han vivido experiencias traumáticas.

Entre los lugares que han visitado llevando su ayuda están Filipinas tras la devastación por el tifón Yolanda en el 2013; Haití, que en el 2010 fue sacudido por un terremoto; Japón, afectado por un sismo que además dañó la planta nuclear de Fukushima en el 2011; Indonesia tras el terremoto de 2009, Gaza y su conflicto armado (2009).

Con el apoyo del Consulado Honorífico de Alemania, presidido por María Gloria Alarcón, y del Colegio Alemán Humboldt se realizó el sábado el ‘Taller de Pedagogía de Emergencia’, al que asistieron más de 150 personas para aprender sobre las intervenciones educativas de emergencia para niños psicológicamente afectados por eventos.

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Entre los asistentes hubo profesores de varios planteles, miembros del Cuerpo de Bomberos, Cruz Roja, entidades de seguridad de organismos públicos y privados.

En el taller se enseñaron métodos de intervenciones educativas para apoyar a niños y jóvenes en la superación de su trauma mediante medidas de estabilización.

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“El fin de estas acciones es integrar las experiencias traumáticas a la vida de cada individuo y de ese modo contrarrestar el desarrollo del estrés postraumático”, indicó Wendy Castro, relacionista pública del plantel.

Entre las técnicas que enseñaron estuvieron arte terapia, terapia de ritmo, trabajo de la confianza y terapia de movimiento. Estas técnicas de enseñanza también pueden ser utilizadas con adultos.

“El taller fue muy interesante y útil. Aprendimos técnicas prácticas de cómo actuar frente a niños que han vivido situaciones vulnerables”, comentó Pilar Caicedo, directora de Educación Inicial II del Colegio Alemán Humboldt, sede de Samborondón.

Según Castro, luego del terremoto del 16 de abril se contactaron con la Fundación Herta Seebass–Kinderzentrum, dirigida por la exalumna del Alemán Humboldt Patricia Ordóñez Legarda, para que el colectivo venga a Guayaquil a compartir su conocimiento.

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En tanto, en la Unidad Educativa Santo Domingo de Guzmán, en Urdesa central, desde que se iniciaron las clases el pasado 2 de mayo, se trabaja en elaborar un plan para actuar debidamente si se presenta un sismo en la ciudad.

Isaac Caicedo, director de Talento Humano del plantel creado en 1952, dijo que desde el pasado 5 de mayo se empezó a realizar simulacros de evacuación.

“Primero hicimos un sondeo para ver la respuesta de nuestras niñas y de nuestros maestros ante una eventualidad como un terremoto”, señaló Caicedo y añadió que una de las actividades que van a realizar es trabajar con los maestros, para que sepan actuar ante las posibles situaciones que se presenten y mantener la calma.

Sara Llanos, rectora de la Unidad Educativa. indicó que uno de los planes es preparar a las estudiantes de tercero de bachillerato para que comanden y sean brigadistas de los grupos de evacuación.

“Considero que esto es un proceso y se tiene que ir poco a poco. Las instituciones educativas están aún conmovidas por lo que ha ocurrido. Hay que empezar a trabajar con 1.500 alumnas (número de estudiantes del Santo Domingo de Guzmán), y eso no es fácil”, indicó Llanos.

Ella expresó que si ocurre un sismo lo primero será evacuar a las estudiantes de las aulas y llevarlas al patio, donde se deberán ubicar sentadas de rodillas e inclinadas hacia adelante en el piso.

Otro plantel que también tiene un plan para actuar es la Unidad Educativa Steiner, ubicada en el kilómetro 16,5 de la vía a la costa.

Juan Carlos Ramírez, coordinador del programa de Seguridad y Salud del plantel, señaló que desde hace cuatro años en el plantel se trabaja en simulacros de evacuación en casos de desastres.

“Para este año debido a lo que ha sucedido hemos previsto varias situaciones de evacuación. Normalmente hemos hecho simulacro cuando los estudiantes están dentro del salón, pero ahora hemos previsto hacerlo cuando se encuentran en otras áreas, por ejemplo, en recreo o lonchando, situaciones reales que podrían presentarse”, manifestó.

Añadió que también se cuenta con un fondo económico para solventar estas actividades de prevención. (I)

7,8
De magnitud fue el sismo que sacudió a zonas del país.