El procedimiento comienza con el traslado de toda la basura generada por las más de 1.500 personas que residen en las 250 villas que hay en la urbanización Entre Lagos, que está en el km 7 de la avenida Samborondón. Esto lo hacen seis triciclos que se distinguen por colores: los grises se encargan de la basura común y los verdes de los desechos de poda.

Toda esta basura es trasladada a un área de almacenamiento en la que todos los días, de 06:30 a 17:00, los miembros de la Asociación de Recolectores de Samborondón se encargan de la separación y clasificación en fundas individuales, unas con los desechos orgánicos y otras con el material reciclable.

Después, los camiones del Municipio recogen la basura orgánica, tres veces a la semana, y la llevan al relleno sanitario, que se construye en el km 2,5 de la avenida Samborondón-Salitre, y que es parte del Plan de manejo de residuos de Samborondón, que a su vez integra el Plan Ambiental que realiza el Municipio desde inicios del 2015, y que está previsto concluir en agosto o septiembre de este año, según Édgar Muñoz, director de Gestión Ambiental de esta entidad.

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En tanto, los recolectores se llevan el material que aún está útil, usando su propia logística para venderlo a diferentes empresas.

En esto consiste el plan piloto creado como iniciativa particular de la urbanización, que está en práctica desde enero. y que ha sido acogido por el Municipio como proyecto modelo de reciclaje para las demás urbanizaciones del sector.

“Aunque no hay una estadística oficial todavía, ya que la muestra que estamos analizando aún no es significativa, se ha demostrado que el proyecto es rentable y viable”, explica Verdi Zambrano, presidente de Entre Lagos.

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“Esto es algo que nos conviene a la comunidad entera, todos necesitamos que se genere menos basura, que esta sea recogida en casa nos abarata costos de recolección ya que algunas urbanizaciones pagan viajes adicionales a los camiones recolectores porque generan más basura que otras, y por supuesto es una aporte a la reducción de contaminación”, agrega.

Este mismo modelo de reciclaje se aplica en las urbanizaciones Vista Sol (km 6,5), Terra Sol (km 8), Riberas del Batán y El Cortijo (km 8). En esta última urbanización el modelo tiene una variante, ya que el lugar, como es una lotización, no cuenta con área general para almacenar la basura.

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Egbert Spaans, presidente de El Cortijo, explica que las 30 familias que están participando de la iniciativa ponen, todos los martes, de 08:00 a 10:00, los desechos reciclables al pie de sus casas, para que los recolectores del Municipio ingresen a la lotización, hagan la clasificación y tomen el material, para luego llevárselos a los miembros de la Asociación de Recolectores de Samborondón. Se estima que desde julio próximo el procedimiento sea directo con la asociación.

Christian Holguín, presidente de la Asociación de Recolectores, asegura que solo considerando estas cuatro urbanizaciones se generan a la semana unas seis toneladas de basura, de las cuales dos, que representan unos 1.500 kilos, son de material reciclable.

“Lo que más se recicla es cartón, material de archivo, soplado (envases de yogur y de limpieza), fierros, botellas de agua y de Coca Cola, y otras cosas”, dice Christian.

Es así como, a propósito del Día Mundial del Reciclaje, que se celebra cada 17 de mayo, varias urbanizaciones y centros educativos dan a conocer sus proyectos y campañas para fomentar mayor conciencia ambientalista.

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Tal es el caso de Las Riberas, que está en el km 1,5, en la que desde hace un año reciclan plástico, papel y periódico, en un espacio que han adecuado en la parte de atrás de la urbanización, donde está la planta de tratamiento.

Elizabeth Tello, presidenta del comité de damas de dicha urbanización, explica que el reciclaje se hace de casa en casa todos los miércoles, y que con un pago mensual de $ 15 ese material es recogido del sitio. “Con el valor que obtenemos al vender este material, al final del año organizamos una fiesta para el personal de servicio, mantenimiento y seguridad”, dice.

Asimismo, en las etapas Murano, y Brillante, del complejo residencial La Joya, que está en el km 14 de la av. León Febres-Cordero, se recicla plástico a través de grandes estructuras de fierro en forma de botellas, situadas en diferentes puntos de la urbanización, en las que se depositan envases de agua y gaseosas, principalmente.

“Este tipo de iniciativas son muy importantes porque por ejemplo, en el caso del plástico, que no se descompone, es un alto contaminante que no debería quedar expuesto”, enfatiza Byron Carrera, administrador de etapa Murano.

Asimismo en la etapa Coralía, de la urbanización Ciudad Celeste, que está en el km 9,5 de la avenida Samborondón, se realizan dos proyectos de manera simultánea.

Desde enero del 2015 se comenzó un plan piloto elaborado por estudiantes de Ingeniería Ambiental de la Universidad Agraria, liderada por Daniel Banguera, parte del grupo y residente del lugar, que consiste en recolectar desechos electrónicos como computadoras, impresoras, teléfonos digitales, pilas y cargadores de todo tipo; y plástico.

Además desde febrero, nuevamente en alianza con dichos estudiantes, se inició una campaña de prevención de la huella de carbono, que consiste en llevar un control de la cantidad de contaminación que genera cada familia.

En los colegios
En varios centros educativos del sector, como Liceo Panamericano, Aleman Humboldt, La Moderna, CENU, entre otros, también se realizan actividades para fomentar una cultura de reciclaje en los alumnos.

Tal es el caso de los niños de inicial 2 y primero de educación general básica del Alemán Humboldt, que utilizando botellas y cartones crean juguetes. Además durante todo el año recolectan pilas para entregarlas en empresas especializadas en este material, así como papel, periódicos y revistas.

En tanto que en el Liceo Panamericano los niños de preescolar y EGB, a través de tapas de cola, botellas plásticas y cartones crean objetos durante los ‘martes verdes’. También como una actividad regular en el año lectivo elaboran un muñeco reciclado junto a los padres de familia. El año pasado, el colegio realizó el primer vacacional ecológico, y según Margarita Poveda, directora de inicial, la idea es incluir dichas actividades en el programa del nuevo año escolar.

Asimismo, en La Moderna comienza la Eco Week, una casa abierta con proyectos ambientales. a partir del próximo lunes 16. En esta feria, que se extiende durante todo el año lectivo, participa todo el alumnado con ideas novedosas como una propuesta para hacer ejercicios con elementos de gimnasio elaborados con material de reciclaje, etcétera.

El CENU mantiene una campaña ambiental que realiza durante todo el año lectivo y que involucra diferentes actividades. El año pasado los estudiantes que pertenecen al Comité Ambiental de la institución recolectaron pilas, tanto en el colegio como en diferentes urbanizaciones. Además realizaron el mercadito ReciclArt, en el que vendieron artículos fabricados con cartones, botellas, tapas, botones, hojas secas, etc. También hicieron una campaña de concienciación sobre la cantidad de basura que genera cada persona durante el día.

Los colegios CENU, La Moderna e IPAC, también han participado en el Plan de manejo de residuos de Samborondón, del Municipio, que consiste en mantener un mismo esquema para la recolección de desechos desde la fuente que los genera, a través de tachos específicos que permitan su clasificación, para un mejor y más rápido desempeño y uso del relleno sanitario. (I)

Se deben apoyar estas iniciativas, porque a todos nos va a beneficiar disminuir la contaminación, generar menos basura y así retribuir en algo todo lo que obtenemos del planeta”.Verdi Zambrano, Presidente de Entre Lagos