El cierre por ocho días del aeropuerto Mariscal La Mar de esta ciudad, luego de que un avión de la compañía Tame perdió pista y quedó varado en el ala sur de la terminal, además de causar pérdidas en varios sectores, puso en debate la necesidad de una nueva terminal.

Los hoteles, por ejemplo, registraron un descenso de ocupación.

Según la Corporación Aeroportuaria, un promedio de 680 personas ingresan por día a la ciudad, en vuelos de las aerolíneas Tame y LAN con destinos desde y hacia Quito y Guayaquil y solo por tasas aeroportuarias se recauda aproximadamente $3.500 diarios.

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De este número de pasajeros, la Cámara de Turismo estima que el 50% corresponde a turistas y visitantes corporativos que llegan por negocios y gastan por día un promedio de $150, en gastronomía, diversión y compra de recuerdos.

“Son $ 51.000 diarios que se estima perdió el sector turístico en cada día de cierre del aeropuerto, que entendemos fue la mejor decisión por seguridad del pasajero y de la ciudad, pero siempre hemos dicho que necesitamos una nueva terminal aérea”, dijo Patricio Miller, presidente de esta Cámara.

Para Miller, la comunicación mueve a las ciudades, y un aeropuerto representa una de las entradas a la ciudad, más aún cuando Cuenca tiene más de un 30% de todas las visitas que se hacen al país.

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“La migración de Azuay permite un elevado ingreso de visitas por el aeropuerto, además el sector industrial del Austro mantiene relaciones comerciales con el norte de Perú, por tanto, deberíamos tener un aeropuerto internacional y enlaces con otras ciudades de Latinoamérica”, dijo Miller.

Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo en el Austro, recordó que hace años se inauguró un vuelo comercial entre Cuenca y Piura, pero al no contar con un aeropuerto internacional, la idea de mantenerlo se perdió.

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Robalino recordó que históricamente la cámara trabaja con la administración de la ciudad para fortalecer los servicios aéreos, como la innovación de radares de aproximación, a fines de los 70 y principios de los 80, o la iluminación de la pista. Ahora, tras una nueva reunión con el alcalde, Marcelo Cabrera, dijo que esperan colaborar en la ampliación de la pista, que “es una prioridad” porque la crisis económica del país “impide pensar en la construcción de un nuevo aeropuerto”.

La opción es instalar dos áreas de reserva para emergencias en los extremos de la pista, al momento se cuenta con opiniones de prefactibilidad de organismos como el Banco Mundial, según Fernando Arteaga, director de la Corporación Aeroportuaria.

Pero deberán contratarse estudios de factibilidad, obra civil, indemnizaciones para expropiaciones, ya que la actual terminal tiene residencias a su alrededor. “La Corpac cuenta con un millón de dólares de un fondo emergente, pero ampliar la pista requiere de la inversión de empresas privadas nacionales o internacionales”, dijo el alcalde, para quien la posibilidad de contar con un nuevo aeropuerto tomará más de 15 años. (I)