Luego de 88 años de vida institucional, el Banco Nacional de Fomento (BNF) cerró y ayer traspasó sus operaciones a una nueva entidad financiera pública llamada BanEcuador.

Esta abrió ayer sus puertas al público con la oferta de un crédito específico para las personas perjudicadas por el terremoto del pasado 16 de abril.

Así lo anunció el pasado sábado el subgerente de la entidad, Diego Andrade, por pedido del vicepresidente Jorge Glas, quien dirigió el enlace.

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Andrade dijo que BanEcuador había ‘activado’ un crédito para reactivación productiva de hasta $ 20.000.

Agregó que podía ser pagado en un plazo de diez años y que, a petición del interesado, sería desembolsado en cinco días.

Este Diario pidió a la institución más detalles al respecto, pero se contestó que ayer no sería posible por cuanto los directivos estaban en Quevedo, provincia de Los Ríos.

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Algunas cuentas en Twitter publicaron que el ministro de Agricultura y presidente del directorio de BanEcuador, Javier Ponce, mantuvo reuniones en esa ciudad, sede de la matriz.

Esto último quedó establecido en el Decreto Ejecutivo 677, expedido en mayo del 2015, y que creó la banca pública.

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Luego, a través del Decreto 952 de marzo del 2016, se dispuso la transferencia de los activos, pasivos y patrimonio del BNF a BanEcuador, y el posterior cierre del primero.

En el documento se expuso, entre otros argumentos, que la nueva banca fue creada para “superar las graves deficiencias estructurales del BNF”.

BanEcuador funciona en las mismas oficinas que el BNF tenía a nivel nacional. ‘Promete’ ser más que un cambio de nombre y de imagen. (I)