Cargando de un costado a otro pacas con botellas de agua, desde el camión hasta el interior de la sede provincial de la Cruz Roja, cadenas humanas de voluntarios las colocan en el hall del edificio que se ha convertido en una minibodega, que deja un estrecho pasillo en el centro.

En el segundo piso, el espacio está cubierto de donativos de todo tipo, cajas de medicinas, leche en polvo, bidones vacíos y más productos. Ese movimiento, que se inició hace tres semanas, continúa en la Cruz Roja provincial para asistir a los damnificados del terremoto del 16 de abril.

Hasta el momento, en la provincia 60 voluntarios se rotan cada cuatro días para ir a Jama, Bahía de Caráquez y San Vicente, sectores cubiertos por la Cruz Roja provincial.

Publicidad

El pasado viernes, un camión lleno de pañales llegó al portón de la organización para entregarlo a nombre de una empresa privada. A las 15:30 faltaban voluntarios para descargar el donativo debido a que la mayoría se encuentra en las zonas afectadas o descansa después de haber ayudado en días pasados.

La noche del terremoto, desde Santo Domingo de los Tsáchilas se movilizó un grupo de doce voluntarios que detuvo un curso de asistencia prehospitalaria para viajar a Pedernales. Ellos lograron el rescate de 400 víctimas, asegura Carlos Burneo, secretario general de la Cruz Roja.

En las zonas afectadas se mantienen permanentemente 600 voluntarios que luego de un censo familia por familia evalúan el apoyo requerido en al menos cinco campamentos levantados en las áreas afectadas, menciona Burneo.

Publicidad

Hasta la fecha, con el apoyo internacional de la Cruz Roja de Perú, Canadá, Colombia, Estados Unidos, España y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y Media Luna Roja para las Américas, han recibido ayuda equivalente a 195,5 toneladas (de medicina y alimentos).

En estos días, las brigadas de voluntarias se enfocan en que los damnificados reanuden sus actividades laborales. Burneo no recomienda que los ciudadanos se acostumbren a los albergues como pasó en Haití, donde luego del terremoto de 2010 más de 3.000 personas siguen viviendo hacinadas.

Publicidad

Por ello, el pasado viernes entregaron 80 carpas en el mercado de Bahía de Caráquez, para que vuelvan a atender, y se reúnen con varias cámaras de Comercio y ONG para elaborar un plan de reconstrucción.

La Cruz Roja provincial instalará dos centros de apoyo médico en Bahía de Caráquez y Chone y necesita más voluntarios para empacar la ayuda que sale de Guayaquil. (I)