“Necesito estar mucho más tiempo en Aprofe”, dijo Larissa Marangoni, el 15 de febrero pasado, cuando anunció su renuncia al cargo de directora Cultural de Guayaquil del Ministerio de Cultura y Patrimonio. Y en efecto, el 30 de marzo asumió la dirección ejecutiva de la Asociación Pro Bienestar de la Familia Ecuatoriana (Aprofe), que fundó su padre, el italiano Paolo Marangoni, hace 50 años, tiempo en el cual estuvo en la dirección.

Con 90 años de edad, Paolo Marangoni decidió hacerse a un lado y dejar paso a su hija, que estaba en la dirección adjunta desde hace 10 años. “Bueno, yo no estoy aquí solo porque sea la hija de mi papá, a mí me eligió el directorio”, aclara Larissa desde su oficina en Aprofe. Admite, sin embargo, que los 10 años anteriores se estuvo preparando para el cargo, que incluyó cursar una maestría en Salud Pública y otra en Administración.

El arte, la gestión artística y cultural y la administración de una asociación que se dedica a la educación y prevención en reproducción sexual parecen ser polos opuestos, pero para la escultora son retos en los que impone su creatividad.

Publicidad

“Para mí Aprofe es un reto, como lo fue el MAAC, por ejemplo. Me gusta tener esa posibilidad de manejar organizaciones que hay que sacarlas adelante, darles una nueva cara, y eso implica creatividad”.

Recuerda que Aprofe es una organización sin fines de lucro, autosustentable, cuya especialidad es la orientación sexual reproductiva, no solo de mujeres, sino de hombres y de niños, y que se ha manejado bien durante estos años, “pero cada uno tiene su estilo, y yo tengo el mío, que es de más acción, es otra generación que está tomando las riendas”, dice.

Su reto con Aprofe, dice Larissa, es “darle un giro, tecnificarnos, modernizarnos, hacer alianzas estratégicas mucho más fuertes, compartir con otras instituciones nuestro trabajo, y a futuro convertir a Aprofe en un centro de investigación, de actualización, fortalecernos en términos médicos, buscar la excelencia, ser más rápidos, más ágiles”.

Publicidad

Orgullosa, Larissa cuenta que a pesar de que la especialidad de Aprofe es la sexual y reproductiva, se atiende también a la comunidad en especialidades de medicina general, que hay laboratorios de imágenes y de citopatología con lo último de equipos.

“Lo que queremos es llegar a una excelencia de calidad y confianza de nuestros usuarios”, recalca ella en su oficina, que exhibe algunas obras suyas, así como tres esculturas que se lucen en algunos espacios de Aprofe.

Publicidad

“La creatividad está en todos lados, no solo en lo cultural y artístico, cada vez veo más creatividad en lo administrativo y financiero”, insiste ella, que añade que siempre le ha interesado también el trabajo comunitario.

Por ello desde el año pasado comenzó a trabajar en las gigantescas paredes del cerramiento de Puerto Azul, donde reside.

Ella le propuso a la administración incorporar paisajismo y esculturas que fuera a tono con el hábitat natural de la zona.

“Lo que hemos hecho es mezclar césped y plantas nativas, que se acomodan a las diferentes épocas del año, así como árboles de plátanos, limones, ciruelas, mangos, naranjas, plantas de ají, cosas que se consumen y que las personas puedan pasar y si quiere cogerlas y llevárselas”, dice Larissa, que escogió vivir en Puerto Azul desde hace siete años, “porque me gusta la vía a la costa y toda esa zona”.

Publicidad

“Puerto Azul es como un pequeño barrio, donde puedes caminar, comprar de todo sin salir de la urbanización, hay farmacias, panaderías, peluquerías y además está la ciclovía”, señala la artista, madre de dos hijas, una de 20 años y otra pequeña, de 7. (F)

Aprofe es para mí un reto, quiero darle un giro, tecnificarnos, modernizarnos, hacer alianzas estratégicas mucho más fuertes, fortelecernos en términos médicos, buscar la excelencia, ser más rápidos”.