Sin importarle la proximidad del bus de la línea 63 y de varios automóviles, el chofer de una tricimoto salió de una gasolinera por la av. Francisco de Orellana, cerca del redondel de Las Orquídeas, y manejó en contravía hasta la calle de ingreso a Los Vergeles, en el norte.

Apegándose bien al lado izquierdo, la tricimoto en la que se trasladaba una mujer con un bebé en brazos, cruzó sorteando el riesgo de ser impactada, ante el susto de la pasajera.

La mañana de ayer, durante 10 minutos esa maniobra que conlleva una infracción de tránsito, se repitió tres veces en la Francisco de Orellana, avenida principal donde al igual que otras está prohibido el acceso de tricimotos, por ser un medio de transporte alternativo.

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Y en esta época de inicio de clases en el régimen Costa, donde las mañanas se agitan con el ir y venir de los estudiantes y sus padres a los planteles educativos, las infracciones de las tricimotos son recurrentes.

En su afán de ganar pasajeros, sobre todo en el norte y noroeste de la ciudad, algunos tricimoteros bloquean intersecciones de calles secundarias para recoger a la gente.

En otros casos, exceden los límites de velocidad y la capacidad de pasajeros, situación que a más de ser prohibida supone un peligro para los usuarios.

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Jacinta Rivera, madre de familia del campamento educativo Dolores Cacuango, en Las Orquídeas, dijo haber sido testigo de aquello en esa zona.

“Los chicos se suben sin ver que la moto ya no tiene espacio. Y los choferes andan volados que parece que ya se van a virar”, comentó la mujer.

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Pasadas las 11:00 de ayer, en las afueras de dicho campamento algunos tricimoteros, la mayoría sin casco, esperaban la salida de los estudiantes.

En Pascuales, otro sitio con presencia de tricimotos, este es el vehículo utilizado por los alumnos para dirigirse a sus establecimientos educativos.

Y allí, al igual que ocurre en Las Orquídeas, algunos de los conductores no portan casco.

Enrique Varas, comandante de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), señaló ayer que la entidad ejecutará operativos de control a las tricimoteros, a quienes se les concedió un plazo de seis meses para regularizar su servicio en la urbe.

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Esa prórroga, agregó Varas, no implica que la ATM no controle infracciones como circular por vías principales, exceder los límites de velocidad y pasajeros, y el no uso del casco.

En sectores como el bloque 1 de Bastión Popular, en el norte, muchos choferes de tricimotos bloquean las intersecciones pese a la presencia de los agentes civiles de la ATM.

“Se ha hablado de eso con los compañeros, pero no hacen caso. Lastimosamente por uno pagan todos”, citó Luis Ochoa, tricimotero del lugar. (I)