El mayor temor de los habitantes del sector comprendido entre los bloques 3 y 4 de Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil, es despertar un día y que la tranquilidad que ahora viven desaparezca así como llegó.

Hace siete semanas para muchos era impensable permitir que sus hijos menores de edad salgan a jugar a la calle y que acudan a comprar en una tienda. Los ‘hacheros’, como les llaman a los consumidores de la droga hache, los abordaban y les quitaban sus pertenencias.

“Aquí desde el mediodía venían alumnos de escuela y colegio a comprar droga, no se podía vivir tranquilo”, asegura una moradora que se abstiene de dar su nombre por temor.

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Desde el pasado 8 de marzo en que la Policía tomó el control de esta zona a la que denominó Zona H, el ir y venir de los microtraficantes y los consumidores, y los permanentes robos y pleitos relacionados con la droga, fueron cambiados por paseos en caballos, demostraciones de perros saltando un aro de fuego y la masiva concurrencia de personas a las funciones de cine al aire libre.

“Usted viera la cantidad de niños que hay, una chica policía hace deporte con los niños, juegos tradicionales, antes no podían ni salir a la cancha porque estaban los que consumen las sustancias”, recuerda Mercy Vásquez, moradora del sector.

Por ahora la zona es la más segura de Flor de Bastión, y hay quienes se atreven a decir de todo el norte de Guayaquil. Más de cien policías están desplegados en el sector que acoge a unas siete mil personas.

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El teniente de Policía Christian Tapia, oficial a cargo del sector, sostiene que el objetivo de la intervención es recuperar los espacios públicos hasta que la ciudadanía organizada tome el control de estos.

Y Vásquez es consciente de esto. “Ellos (los policías) nos dicen que están dando una iniciativa para que nosotros como moradores sigamos incentivando a los niños. Queremos que siga la intervención hasta que se vean más cambios”.

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Pero no todos participan del proceso de cambio. Manuel Barrera, vicepresidente de una asociación de moradores, asegura que si bien es cierto algunas familias que tienen parientes presuntamente dedicados al consumo, se mantienen al margen, otras lo hacen por temor a represalias. “Si ellos (los policías) se van esto será una disputa, porque aquí mucha gente vende droga”, comenta una de esas vecinas que observa de lejos el cambio en el sector del bloque3 y 4 de Flor de Bastión . “Ese es el temor que tenemos”, insiste. (I)

Control continúa
Segundo sector

Intervención
Esta zona de Flor de Bastión es el segundo sector de Guayaquil en ser intervenido por el control indiscriminado de venta y consumo de droga. El primero fue en el callejón Décima y 10 de Agosto, denominado por la Policía la Bahía de la Droga.

Operativos
El general Ramiro Mantilla, director nacional de Operaciones, dijo que se sigue incautando droga en la zona de Flor de Bastión, “porque los microtraficantes tratan de ingresar...”.

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Población
Según la Policía, unas 1.500 personas visitan a diarios este sector y otras 2.500 personas habitan en las zonas aledañas.

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Accesos estableció el departamento de Operaciones de la Zona 8 para ejercer un control de ingreso y salida.