Los policías William Chila y Fanny Bravo, y el cabo primero Segundo Viera, ayer, partieron a la provincia de Manabí para relevar a sus compañeros que prestaron su contingente a raíz del terremoto que sacudió al país el sábado 16 de abril.

Los tres, luego de una ceremonia de despedida en los patios del Cuartel Modelo de Policía, coincidieron en que la vocación de servir a los demás es el mayor de los alicientes para cumplir con lo encomendado.

“A veces como servidores policiales dejamos de lado familia, los planes, pero como dice la Biblia, hay que servir a los demás...”, sostuvo Bravo.

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En total fueron 500 policías de las zonas 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) y 5 (resto de la provincia del Guayas) que partieron en cerca de 15 buses de diferentes cooperativas de transporte que se estacionaron dentro y fuera del cuartel.

La ceremonia de despedida estuvo presidida por el gobernador del Guayas, Julio César Quiñónez, quien en su discurso alentó a los uniformados a servir como parte del legado que dejarán a sus hijos.

El coronel Orlando Jácome, comandante de la Zona 8 (encargado), resaltó la labor que realizaron en las zonas de desastre los agentes que ayer iban a ser sustituidos. “Muchos desconocen que ellos tuvieron la oportunidad de rescatar varias vidas humanas de entre los escombros, de ayudar a cientos de heridos y de consolar a niños, mujeres y ancianos...”.

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Mientras tanto, en Pedernales también se realizó una ceremonia de despedida a los agentes que iban a ser relevados en sus tareas de apoyo. (I)