Crear Un albergue temporal para madres con sus hijos, en el que durante su estadía no solo descansen y se alimenten, sino que también aprendan un oficio que les ayude a ganar dinero cuando retornen a sus hogares en alguna de las zonas devastadas por el terremoto del pasado 16 de abril, es una de las iniciativas que han surgido en Guayaquil.

Esta idea se le ocurrió a la diseñadora de zapatos Bertha Serrano. Ella cuenta que tras el terremoto que sacudió pueblos de Manabí, Esmeraldas y Los Ríos y dejó muertes y familias sin hogar, pensó que podría recibir a madres con sus hijos en la fábrica de su marca Fulgore, ubicada en Capitán Zaera y Bolivia.

Cuenta que empezó a escribir en las redes sociales si alguien quería ocupar durante un mes su fábrica para usarla como albergue y entonces le empezaron a llegar respuestas de muchas personas, entre ellas exalumnos del colegio San José La Salle y del María Auxiliadora.

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“Decidimos que el que tenga una casa desocupada la preste durante algún tiempo. Creando el primer albergue que se llama Casita Fulgore, en la que se ha recibido a unas 19 familias y en la que solo estamos aceptando mamá con hijos”, dice Serrano.

Añade que la idea es dar un paso más adelante del solo hecho de ofrecer cobijo. Dice que como marca además están actuando en la parte de responsabilidad social. “Hemos preparado un plan de acción en las cuatro semanas que estamos prestando nuestra fábrica. En la primera semana se va a tratar de identificar las cualidades de cada una de las señoras, y también de las de sus hijas, si tienen de 15 años en adelante, para animarles a volver a comenzar”, dice la diseñadora.

Añade que el fin es que esas madres no estén solo pensando en volver a su casa, sino que durante su permanencia aprendan un oficio, que puede ser pastelería o a coser, que les sirva para ganar dinero que puedan llevar cuando retornen a sus hogares. “Se va a hacer un bazar con lo que hagan”, indica.

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En la fábrica de Fulgore se han recibido donaciones de colchones, ropa y alimentos y también esperan contar con la asistencia de médicos voluntarios para atender en la parte de salud y psicológica a los damnificados.

Bertha espera que las personas sigan sumando donaciones para poder sostener a las madres y sus hijos. Estas las pueden hacer llegar a las instalaciones de la fábrica.

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Otra iniciativa que surgió tras la tragedia es la de estudiantes de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG), quienes decidieron convertir en sábanas prendas donadas que no estaban en buen estado.

Las ropas son parte de las donaciones que recibieron para los damnificados durante la recolección de ayuda que se ha emprendido en la universidad tras el terremoto. Alexandra Villena, encargada de la comisión de costura de la UCSG (dentro de la recolecta), dice que les pareció lamentable botar esa ropa y fue entonces que se decidió aprovechar las partes buenas, recortar cuadros para hacer sábanas, alfombras, carpas para cubrirse del sol, almohadas.

“Todo cosido a mano. Hemos conseguido apoyo de unos talleres de costura, pero aquí todas las personas voluntarias vienen a recortar y coser. Hay señoras que han traído sus máquinas. También estamos haciendo botitas de perro”, indica.

Alexandra dice que las sábanas van a servir de mucho porque las personas casi no han hecho ese tipo de donaciones. Cuenta que en el día se hacen unas 25 a 30. El primer envío se hizo el pasado sábado a Junín, Calceta, Canuto y Chone, en la provincia de Manabí.

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Su compañero Daniel Vásconez, presidente de la Federación de estudiantes de la UCSG, cuenta que en el centro de acopio y operaciones que se ha creado en el aula magna, hay varias áreas de trabajo, entre ellas el taller de carpintería, en el que se han producido ataúdes que también fueron despachados el pasado sábado para Manabí. Dice que se han construido más de ochenta.

También se están elaborando bases para colocar colchones, con espacios para poner ropa; además realizan pruebas para construir casas para perros. Estos muebles los esperan vender para recaudar fondos, para comprar víveres.

“Porque va a llegar un punto, en tres o cuatro semanas, en el que las personas afectadas ya no van a tener mucha comida, porque desde ya en los albergues ya no está llegando mucha comida, ni medicinas en donación. Entonces la solución es empezar a comprarla para llevarles. Con la venta de esto creo que podríamos autofinanciar la compra”, anota.

Añade que ellos van a mantener la recolección de donaciones hasta que las personas afectadas lo necesiten, porque la situación de calamidad de estas personas no se va a resolver a corto plazo.

Pensando en que nada está resuelto aún y que hay que tomar acciones para ayudar permanentemente a los damnificados, profesionales, estudiantes y colaboradores de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), a través de la Unidad de Vinculación con la Sociedad, UVS, trabajan en el desarrollo de proyectos sostenibles.

“Nosotros enviamos el pedido de apoyo a la comunidad politécnica y dijimos que nos queremos enfocar en proyectos de mediana y larga duración, no solo en víveres, sino pensar en lo que viene que es el tema de diseño y construcción en general de la zona, pero adicionalmente también en cómo podemos dar ayuda sostenible, en ese sentido la institución, los estudiantes están trabajando en unos proyectos”, dice Sergio Flores, rector de la Espol, entidad que perdió a dos de sus estudiantes (de Manabí y Esmeraldas) durante el terremoto.

Una de las iniciativas, propuestas por algunos alumnos, es llevar agua a la zonas que aún no tienen restablecido el servicio debido a los daños causados por el terremoto en tuberías de las redes públicas y de las viviendas.

“La idea es tener un sistema de agua donde pueda irse llenando del líquido cada vez que sea necesario. Tanques con un filtro que pueda hacer a esa agua bebible, porque en este momento el control de la seguridad en el agua es importante. Es un proyecto en el cual nos estamos tratando de enfocar”, indica el directivo.

Señala que para este plan hay una colaboración entre la Universidad Técnica de Manabí , estudiantes de la Politécnica y la empresa privada, que son profesionales que pusieron los tanques, los adecuaron y se los están llevando a los diferentes sitios donde se necesita agua.

Cecilia Paredes, vicerrectora de la Espol, cuenta que varios estudiantes ya han ido a los sitios a colocar los tanques elevados de 50 galones, que serán un total de 200 unidades.

“Nuestros estudiantes están trabajando en tener un sistema remoto, para saber cuándo el agua se acaba y poder llenarla. Otro tema es el control de calidad del agua, entonces estamos armando un proyecto donde los alumnos puedan ir cada cierto tiempo a controlar la calidad”, anota Paredes.

Dentro de esta iniciativa se prevé la construcción de filtros artesanales de purificación de agua. Ya se ha desarrollado el primer prototipo y se han conseguido muestras de agua de los sectores afectados, para realizar las pruebas.

Otro de los planes al que apuntan es a la producción de barras energéticas. Docentes de la carrera de Ingeniería en Alimentos, de Ingeniería en Administración de la Producción Industrial y del Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador, CIBE-Espol están realizando pruebas para la elaboración de galletas, barras energéticas, pan y cereales extruidos (procesado a alta presión y temperatura), a base de ingredientes como harina de trigo, arroz y cebada con el objetivo de tener un producto con alto valor proteico.

La Espol también trabaja en la elaboración de mapas cartográficos, para generar información cartográfica que apoye en la toma de decisiones por parte de autoridades ante la emergencia, a base de índices de acceso a facilidades de saneamiento, como fuentes de agua segura y alternativas de tratamiento de aguas residuales, señala la entidad.

En este plan está inmerso un equipo multidisciplinario de la Facultad de Ingeniería en Ciencias de la Tierra (FICT), Facultad de Ingeniería Marítima, Ciencias Biológicas, Oceánicas y Recursos Naturales (Fimcbor), Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, (FCSH), y Luis Domínguez, director del Centro de Aguas y Desarrollo Sustentable, CADS-Espol.

También se trabaja en la evaluación estructural de las zonas. “Las universidades nos reunimos en Portoviejo y el directorio de Asamblea del Sistema de Educación Superior más entes del Gobierno hablamos del tema territorial, urbanístico, de ver a futuro, ya que cuando hablamos de que esto se ha producido hay que tener una visión. de un desarrollo al 2050, no solo a nivel de infraestructura, sino también humano, de negocio, emprendimiento, turístico. No podemos reconstruir para llegar a la misma situación que estábamos antes, sino reconstruir con una visión de futuro, entonces en eso estamos todas las universidades trabajando”, indicó Flores. (I)

90
Por ciento han bajado las donaciones.

Las donaciones se van a aplicar de manera diferente a medida que pase el tiempo, porque con el tiempo las necesidades un poco van cambiando ”.Sergio Flores, Rector de la Espol.