Isabel Bartolomé, peluquera y aficionada al canto, dejó su Manta natal y llegó a Guayaquil junto con sus dos hijos, de 14 y 7 años, sin equipaje. Lo perdieron todo en el terremoto de magnitud de 7,8 en la escala de Ritcher, que estremeció al país el sábado 16 de abril y que dejó, dijo, su ciudad en ruinas.

“Dormimos cuatro noches en la calle, en un colchón que nos prestó una vecina. No tenemos nada, allá todo estaba caro. Por cuatro panes nos pedían $ 1; por un huevo, $ 0,50. Llegó la ayuda, pero uno hacía fila desde las seis de la mañana hasta las dos de la tarde para recibir una ración. Solo una vez me dieron”, narró Isabel, apasionada por las rancheras.

En Manta, ella integraba un mariachi. Y al quedarse en la calle, ella, sus hijos y una veintena de músicos y cantantes de música mexicana recibieron el apoyo de sus pares guayaquileños. Así llegaron a la calle Gómez Rendón, donde se agrupan los grupos criollos.

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Carlos Vinueza, trompetista y director del mariachi Gallo de Oro, acogió en su casa a Isabel y sus hijos. Ahora, ella participa en sus presentaciones.

La Asociación de Mariachis de Guayaquil, además, convocó a los artistas rancheros para cantar por los damnificados.

El sábado pasado, a las 10:00, unos 30 músicos empezaron su presentación con Son de la Negra, melodía mexicana, y conforme pasaban las horas, más artistas respondieron al llamado. Finalizaron a las 17:00.

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Los músicos aprovechaban para recoger ayudas: víveres, agua envasada y dinero de parte de transeúntes, conductores de vehículos particulares y choferes y pasajeros de buses.

Vinueza, el director del mariachi Gallo de Oro, indicó que recaudaron $ 360 en efectivo, además de las ayudas, con lo que compraron jabón, detergente, entre otros enseres.

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En la mañana de ayer, señaló, salió un convoy con donaciones a Chone y Manta.

En la tarde, Isabel tenía prevista su última presentación. “Lo que gané me servirá para unos días. Los niños piden, ellos no aguantan el hambre, nosotros sí. Tengo a mi otra hija y nieta, que tiene cáncer, en casa de unos amigos en Portoviejo. Da pena lo que estamos viviendo los afectados”, dijo.

Isabel hoy regresa a Manta para cuidar lo que quedó de su casa. El próximo fin de semana afirmó que volverá a trabajar en esta ciudad solidaria. (I)