Afru es un labrador que llegó de España, junto a otros canes y su grupo de guías rescatistas. Huele hueco por hueco y se moviliza a un ritmo apresurado por entre los escombros de lo que había sido una edificación de dos plantas en la calle 10 de Agosto, en el centro devastado de Portoviejo, sector destruido por el terremoto de magnitud 7,8 de hace una semana.

Como Afru es un perro que localiza exclusivamente cadáveres, en la tarea le antecedió Abú, un Golden cruzado que es experto en husmear vivos y muertos. Su guía es el español Pedro Frutos, presidente de la Unión mundial de rescate K9 de Crixel, cuyo contingente de cerca de una decena de expertos cumple tareas de localización en Portoviejo, Manta y Pedernales.

Una vez que Afru y su guía culminan la tarea en los escombros de la 10 de Agosto, un militar ecuatoriano especializado en rescate, dibuja, con pintura fosforescente, un rombo con una C en el centro. “Eso significa que hemos culminado el trabajo sin novedad, que no hay ni sobrevivientes ni cadáveres y pueden proceder las máquinas”, dice Frutos.

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Él lleva 30 de sus 55 años en su tarea de rescatista voluntario y ha viajado por todo el mundo. Indica que el terremoto que ha dejado hasta el momento cerca de 600 muertos en Ecuador es ‘pequeño’, comparado con aquellos de hasta 125 mil muertos en Afganistán o Haití, donde ha laborado junto con su equipo, formado por miembros también de otros países.

Estos días labora junto con especialistas y perros chilenos y asegura que en estas jornadas se forman en el campo a militares ecuatorianos. Max, un golden, que llegó de Chile con su guía Luis Plaza Tello; Sumo, un pastor oriundo de España; y Usar, un labrador, de Chile, componen el grupo que husmean en la denominada zona cero de Portoviejo, donde hay 46 edificaciones grandes caídas y 17 en inminente peligro.

Calle tras calle, manzana a manzana, en unas 20 cuadras a la redonda, lo que era el agitado y hasta caótico centro comercial y bancario de Portoviejo es ahora el centro de búsqueda, rescate y demolición. Y allí, además del K9, están otros grupos especializados, que se suman a integrantes del Cuerpo de Bomberos de Portoviejo, del de Durán (Guayas) y de otras localidades, así como fuerzas especiales de rescate de las Fuerzas Armadas.

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A cuatro cuadras de los escombros, en la calle 9 de Octubre, esquina del semidestrozado centro comercial municipal, al mediodía del jueves 21 de abril laboran los integrantes de la organización canadiense Global Fire, que en asocio con los bomberos de Durán escanean las edificaciones arrasadas por el terremoto.

El capitán Nelson Panchana, de la unidad duraneña, explica que pese a que ese día se cumplen 96 horas del sismo, el plazo que se considera máximo para la localización de personas con vida, siempre hay esperanza. En una edificación de cuatro plantas no intervenida hay olores nauseabundos.

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Dice que las tareas irán hasta mañana en Portoviejo. Lo mismo sucederá en localidades como Manta y Pedernales, según otras unidades de rescatistas. El grupo canadiense utiliza un equipo que localiza palpitaciones. Lo colocan como una cámara, piden silencio y lo dejan por unos minutos para el escaneo.

También están en esta zona cero los mundialmente reconocidos Topos Azteca, de México, una brigada internacional conformada por una decena de integrantes provenientes de diversos países. Carol Chaman, peruana, es la líder. Indica que este grupo es legítimo, no pide dinero y trabaja sin ningún equipo tecnológico, sino con pico y barreta abren huecos y acceden a los escombros en busca de vivos o muertos.

Ella señala que supuestamente en Pedernales se derrocaron estructuras en forma apresurada. Dice que eso se debe dar después de una total exploración. “Hasta un cadáver es importante, pues así queda tranquila una familia que quiere darle sepultura para que descanse en paz”, señala la rescatista. Y las familias de aquellas personas eso añoran.

Murió perro rescatista
Un héroe de cuatro patas falleció ayer. Dayko era el nombre de un can de la unidad K9 del Cuerpo de Bomberos de Ibarra, que colabora en Manabí.

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La causa de la pérdida fue la deshidratación causada por su arduo trabajo. Dayko contaba con certificaciones nacionales e internacionales en búsqueda de personas. (I)