Unos hablan que es el olor que se desprende de los cadáveres en proceso de descomposición que están debajo de las centenas de edificaciones caídas en la ciudad. Otros, en cambio, señalan que el fuerte hedor llega de aguas empozadas, basura no recogida y alimentos que empiezan a dañarse dentro de las casas destruidas y de las casas en pie que no poseen energía eléctrica, ni agua potable.

José Giler recoge lo poco que le queda en su tienda La Esquina del Gato, ubicada a pocas cuadras del parque central de Pedernales. Allí se han encontrado al menos ocho cadáveres y quedan aún otros por rescatar.

Él dice que se va para una casa que tiene en San Clemente, pues tiene miedo que su vivienda se venga al piso y además porque el olor a podrido es insoportable.

Publicidad

Alberto C. es un adolescente de 17 años que no sabe bien definir de dónde vienen los malos olores. Lo que sí sabe es que les han advertido que si no se encuentran los cadáveres pronto, dentro de poco el olor se hará más fuerte en la ciudad.

Pese a que hay recolectores de basura y barrenderos del municipio de Pedernales en las calles, la cantidad de desperdicios abandonados supera a lo recolectado. Incluso en lugares concurridos como gasolineras, las fosas sanitarias colapsan en poco tiempo, llegando a salir aguas servidas por los sumideros.

Más gente, más problemas

Publicidad

Según el municipio de Pedernales, en la zona existe una población que alcanza las 56.000 personas. A esto habría que sumar un número aún no determinado de ayuda militar, policial, organismos de socorro, funcionarios públicos y voluntarios que han llegado de a poco estos dos últimos días.

Un oficial del ejército, que prefirió no dar su nombre, indica que quienes están llegando particularmente a Pedernales para dejar ayuda humanitaria deberían canalizar esa colaboración por medio de los canales oficiales.

Publicidad

Según él, la cantidad de gente que está llegando a la zona empeora el tema sanitario, pues son ciudadanos que a pesar de que dejan ayuda, dice, también generan desperdicios, consumen recursos e incluso están haciendo que se desvíe la atención médica para algunos casos que han tenido que ser revisados por picaduras de mosquitos, desmayos y fiebre.

Las altas temperaturas de esta población (supera fácilmente los 30 y 32 grados de temperatura) también colaboran para que los olores se vuelvan cada vez más fuertes.

"Tratemos de racionar", pide el alcalde

El alcalde de Pedernales, Gabriel Alcívar, ha pedido a la ciudadanía que colabore en la recolección de basura y en el consumo responsable de los recursos.

Publicidad

"Este no es un momento normal de nuestras vidas. No podemos tener por el momento todo lo que queremos y debemos colaborar. Si antes nos podíamos tomar toda una botella de agua sin problema, ahora tratemos de racionarla para que así nos alcance y también no generemos más basura", dice Alcívar.

El alcalde agrega que siete equipos, de aproximadamente 50 personas cada uno, recorren las zonas con mayores problemas en el cantón y localidades cercanas a esta jurisdicción. La idea, apunta el funcionario, no sólo es dar ayuda para encontrar víctimas o sobrevivientes, sino que también se busca entregar comida, agua y realizar limpieza en zonas que podrían generar problemas sanitarios.

Estos equipos están conformados por personal de bomberos, policías, militares, funcionarios municipales, voluntarios, entre otros.