Eran las 07:30 de ayer y Diego Moreira apenas había podido dormir en un dormitorio improvisado en el portal, en la vereda, frente a su casa en el centro de la ciudad de Esmeraldas, provincia de Esmeraldas. Ahí decidieron quedarse luego del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que sacudió a las 18:58 del sábado último al país, sobre todo las provincias de Esmeraldas, Manabí y Guayas. En aquel momento estaban con sus dos hijos, de 6 y 4 años, su esposa, su suegro y más 15 personas con las que llegó, desde hace cuatro meses, para trabajar en la albañilería.

Moreira recuerda que cuando inició el terremoto, con epicentro entre los límites de Manabí y Esmeraldas, ellos comían. "De un momento al otro todo empezó a caerse y nosotros corrimos. Cuando bajaba por las escaleras con mis dos hijos en brazos, me resbalé y me lastimé todo el cuerpo. Gracias a dios solo fue eso", cuenta el albañil manabita que hasta la mañana de ayer conocía que varias casas de su familia habían caído en Picoasa (Manabí).

Pocas cuadras antes, Luis Arcentales trataba de limpiar de la vereda los escombros que cayeron de su casa de tres pisos. El hombre de 65 años no sabía cómo reparará su vivienda y peor cómo arreglará el techo de la vivienda vecina, en donde a la hora del sismo festejaban un cumpleaños.

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Arcentales aseguraba que hasta la mañana de ayer ninguna autoridad o institución se había acercado para evaluar los daños, ni tampoco para explicarle si le podrían ayudar o no con un crédito para solventar los arreglos producidos por el fuerte movimiento telúrico.

La mañana de ayer, poco a poco la población de Esmeraldas trataba de retomar su normalidad. Pese a ello, ingresar en sus casas era una posibilidad que por seguridad no la tomaban.

En el kilómetro 7,5 de la vía a Atacames, más de tres horas le tomó a la familia y amigos de Leonard Ortiz rescatar de entre cañas y vigas a su hijo de 4 años. El pequeño quedó atrapado en un casa de caña que se desplomó, luego de que una casa de cemento, en la que vivía Ortíz, se hundió tras el sismo. Ayer por la mañana, habitantes del barrio conocido como Pumpula ayudaban a desalojar los desperdicios de la casa de Ortíz y de otras dos personas, adultas mayores, que perdieron sus viviendas.

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Las vías que conectan a Esmeraldas por el norte con Imbabura y Pichincha mantuvieron un bajo tráfico vehicular, al menos en las primeras horas de este domingo. Localidades turísticas como Atacames o Tonsupa también registraron poco movimiento de visitantes.

La vía que por el sur une a la ciudad de Esmeraldas con Atacames, Same, Tonchigüe, Macará y Muisne no registró daño alguno para el paso vehicular. (I)