Los diputados brasileños votaron el domingo por el impeachment de la presidenta Dilma Rousseff, heredera de Lula da Silva, sumiendo en la incertidumbre política a la principal economía latinoamericana, golpeada ya por la recesión.

El Sí al impeachment recogió los 342 votos necesarios (dos tercios del total) para aprobar la moción de destitución, cuando el No obtenía 135 y faltaban por votar 35 legisladores.

Decenas de miles de opositores de Rousseff que seguían la sesión por pantallas gigantes en las principales ciudades del país estallaron de júbilo cuando el diputado Bruno Araújo anunció por micrófono el voto que selló el resultado final.

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"Qué honor que el destino me ha reservado, de que de mi voz saliera el grito de esperanza de millones de brasileños", dijo el legislador del PSDB (partido de Aecio Neves, derrotado en las urnas por Rousseff en 2014), antes de dar su "Sí por el futuro".

La apertura de un juicio político de la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT) debe ser ratificada aún por el Senado.

En ese caso, asumiría el poder el vicepresidente Michel Temer, inicialmente por un periodo máximo de seis meses, pero completaría el mandato hasta 2018 si los senadores declarasen finalmente culpable a Rousseff, acusada de manipulación de las cuentas públicas.

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Rousseff, de 68 años, niega esas acusaciones, y las atribuye a una conspiración orquestada por Temer y por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien a su vez está acusado por corrupción.

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El líder del PT en la Cámara, José Guimaraes, había reconocido poco antes que la tendencia era irreversible.

"Los golpistas vencieron aquí en la Cámara", pero "esta derrota provisoria no significa que terminó la guerra", dijo Guimaraes a periodistas. (I)