Las Fuerzas Armadas de Siria, apoyadas por aviones militares rusos, lanzaron ayer una nueva ofensiva contra la ciudad de Alepo que podría bloquear una ruta vital para los insurgentes, en combates que generan nuevas dudas sobre las conversaciones de paz que se llevan a cabo en Ginebra, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

El resurgimiento de los enfrentamientos en Siria, especialmente alrededor de la ciudad norteña de Alepo, se ha convertido en el mayor desafío al acuerdo de cese de hostilidades logrado en febrero pasado y arruina los ánimos de las partes reunidas en Ginebra.

El opositor Alto Consejo Negociador dijo que estaría dispuesto a compartir el poder en un gobierno de transición sirio, pero rechazó que el presidente Bashar al-Asad participe en la nueva administración.

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El Gobierno sirio, alentado por el apoyo de las fuerzas de Rusia e Irán, ha descartado cualquier discusión sobre la presidencia. Moscú y Teherán también rechazan lo que consideran como esfuerzos por definir el futuro de Asad.

Además de la ofensiva a Alepo, se reportaron intensos bombardeos del Gobierno en el norteño Homs, en un operativo descrito por un médico local como el más feroz desde que entró en vigencia el acuerdo de cese de hostilidades.

Mientras, Estados Unidos expresó al Grupo Internacional de Apoyo a Siria (ISSG) su “viva preocupación” sobre la ofensiva del Ejército sirio.

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“Estamos muy preocupados por informaciones respecto a una ofensiva del régimen sirio cerca de Alepo e informaciones según las cuales esa ofensiva es respaldada por ataques aéreos rusos”, declaró a la AFP un alto funcionario estadounidense que no reveló su nombre.

“Expresamos nuestra viva preocupación a todos nuestros socios en el ISSG, incluida Rusia”, agregó.(I)