Grecia expulsó este viernes a Turquía a un segundo grupo de refugiados y Alemania anunció una fuerte reducción de las solicitudes de asilo, cuando Europa trata de resolver su peor crisis migratoria desde el fin de la II Guerra Mundial.

Las autoridades griegas informaron que dos barcos llevaron a 124 migrantes de vuelta a Turquía, como parte del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Ankara.

En la isla de Lesbos, un grupo de activistas intentaron frenar la salida de uno de los barcos.

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Tres activistas fueron detenidos tras engancharse al ancla del ferry, para tratar de impedir que zarpara del puerto de Mitilene, según constató la AFP.

Otras 30 personas se reunieron en el puerto, coreando lemas como "Alto a las deportaciones", "Qué vergüenza para la UE" y "Libertad para los refugiados".

El grupo desembarcó en el puerto de Dikili (oeste de Turquía), donde sus integrantes serán sometidos "a controles de identidad y de salud", indicó a la AFP un responsable local que requirió el anonimato.

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Una vez registrados, los migrantes subirán a autobuses "para ir probablemente a Kirklareli", en el noroeste de Turquía, donde hay un campo de refugiados.

El gobierno griego informó en un comunicado que 111 de los migrantes llevados a Turquía eran paquistaníes, cuatro iraquíes y que también había nacionales de Bangladés, India, Marruecos, Egipto y que una de las personas dijo ser de origen palestino.

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En otra operación por tierra, 97 personas, la mayoría de ellas procedentes de Pakistán, fueron llevadas a Turquía, informaron las autoridades griegas.

Según el gobierno griego, la operación concierne a aquellos que no han pedido asilo en Grecia. "Cualquiera que pida asilo sale de la lista", dijo una fuente del ejecutivo griego a la AFP.

Según los términos del acuerdo entre la UE y Ankara cerrado el pasado mes en Bruselas, todos los inmigrantes llegados irregularmente a las islas griegas desde Turquía a partir del 20 de marzo se exponen a ser devueltos.

También según ese acuerdo, por cada refugiado sirio devuelto, la UE acogerá a otro sirio instalado en Turquía, hasta un máximo de 72.000.

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A cambio, Turquía recibirá una ayuda de 6.000 millones de euros, y en junio se levantará la exigencia de visado a los ciudadanos turcos que viajen a la Unión Europea.

El lunes ya fue expulsado a Turquía un primer grupo de 202 migrantes desde las islas de Lesbos y Quíos.

Ante esto, muchos de los 3.000 migrantes bloqueados en Lesbos se apresuraron a hacer demandas de asilo, con lo que obligaron a las autoridades griegas a postergar las expulsiones para tener tiempo de examinar las demandas individualmente.

Este acuerdo ha sido muy criticado. Un partido español, Izquierda Unida, presentó el jueves una querella por un "delito de lesa humanidad" contra el jefe del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, reprochándole la firma del acuerdo UE-Turquía sobre los refugiados, calificado de "criminal".

Por otra parte, en Alemania la llegada de nuevos solicitantes de asilo se redujo un 66%, con 20.000 personas registradas en marzo, frente a 60.000 en febrero, anunció este viernes el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière.

"En diciembre había 120.000 personas, en enero 90.000, en febrero 60.000 y ahora en marzo 20.000", afirmó el ministro unas semanas después del cierre de la ruta migratoria de los Balcanes.

En 2015 Alemania acogió a 1,1 millones de solicitantes de asilo desde que la canciller Angela Merkel abrió las puertas del país a los refugiados.

Evitan expulsión

Entretanto, decenas de migrantes bloqueados en Lesbos y en la isla de Samos, también muy cercana a Turquía, dijeron haber iniciado una huelga de hambre para evitar su expulsión y pedir la reapertura de las fronteras en los Balcanes, cerradas para ellos desde el pasado mes.

"Hemos arriesgado nuestras vidas para venir aquí y no queremos regresar a Turquía, porque de allí nos enviarán de vuelta a Pakistán. Tampoco queremos pedir asilo en Grecia, lo que queremos es ir a Alemania", explica Ali desde Samos. (I)