Con inciensos, frutas, una ofrenda floral y tres tazas de agua, la colonia china conmemoró ayer el Día de los Difuntos, en el Cementerio General de Guayaquil, al pie del bloque de bóvedas donde reposan los cuerpos de 65 coterráneos que fallecieron en la Perla entre 1940 y 1970.

Pero los primeros chinos llegaron a la Perla del Pacífico hace unos 170 años, solo con las manos trabajadoras, refirió Fuming Zhu, subdirector de la Asociación 10 de Octubre de la colonia china y asesor de la Sociedad de la Colonia China del Ecuador.

Esta es la primera vez que se organiza esta ceremonia tradicional milenaria en la ciudad para recordar a sus antepasados. En Quevedo celebraron esta festividad el lunes pasado con un chancho entero, legumbres, frutas, licor, entre otros productos, en el camposanto local.

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En el Cementerio General, la ceremonia se celebró con unos diez migrantes y descendientes que forman parte de la directiva de ambas organizaciones de la colonia china.

La ofrenda floral estaba en medio del bloque de bóvedas y al pie estaba una mesa con mantel rojo –principal color de la bandera de China– cuatro platos con frutas, como duraznos y manzanas que representan longevidad y paz.

También había tres recipientes para los inciensos, que según la cultura china se usa para llamar a los espíritus. En china solo se usa uno, pero ayer utilizaron tres. “Una por nuestros ancestros, otro por aquellos que fallecieron en el país y la última por los parientes que están enterrados en nuestra tierra”, explicó Zhu.

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Jorge Chang Jo, presidente de la Asociación, recordó que la cultura ancestral de su pueblo se fundamentan en el taoísmo y el confucionismo. “Ambas filosofías consideran que el alma espiritual de cada ser es inmortal y se relaciona eternamente con el camino de sus antepasados que siempre protegen a sus descendientes...”, explicó como parte de su discurso.

Al término de esas palabras, todos hicieron tres reverencias al mismo tiempo hacia las bóvedas y encendieron los inciensos, los cuales fueron colocando en tres vasijas.

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Posterior a ello, tomaron las tres tazas con agua y las lanzaron en las esquinas de la bóveda como muestra de respeto hacia los difuntos. En el país oriental se usa licor.

Zhu sostuvo que sus ‘paisanos’ son gente trabajadora. “Yo vine hace 30 años con $ 84 en mi bolsillo. Empecé trabajando 14 y 16 horas en un taller de zapatos... Ahora tengo una importadora de artículos de bazar”, señaló.

Antes del ritual colocaron un ramo de flores en la bóveda de Julio Ayon Chang, quien construyó dos escuelas en la urbe. Él falleció en 1955. (I)