Los abogados panameños en el centro de un escándalo que reveló operaciones financieras de los ricos y los famosos son un dúo singular compuesto por un inmigrante alemán y un novelista premiado cuyos libros ahondan a veces en el mundo clandestino de la política.

El bufete de abogados Mossack-Fonseca, con sede en Panamá, fue creado mediante la fusión en la década de 1980 de las oficinas individuales de Jurgen Mossack y Ramón Fonseca. En una nación que durante décadas se ha visto empañada por denuncias de lavado de dinero en nombre de narcotraficantes y oligarcas corruptos, los abogados políglotas se establecieron entre los más eficientes o más turbios, según cómo se les mire, entre una serie de firmas en Panamá dedicadas a crear compañías fantasma para esconder fortunas en el exterior.

Gran parte de su trabajo está ahora bajo escrutinio como resultado de la revelación de 11,5 millones de registros revisados por una coalición internacional de más de cien medios de prensa. The Associated Press no ha podido ver los documentos, pero Fonseca, en entrevistas con medios noticiosos panameños, admitió que eran reales. Agregó que fueron obtenidos mediante una ciberintrusión ilegal.

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Fonseca se describe en Twitter a sus más de 19.000 seguidores como "abogado, escritor y soñador". Pero la modesta autodescripción contrasta con el destacado papel que ha desempeñado en la política y los negocios en Panamá.

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Hasta hace poco era presidente del partido gobernante Panameñista y se desempeñó en el gabinete del presidente Juan Carlos Varela como asesor especial. Se vio obligado a renunciar en febrero cuando las oficinas de la afiliada de la firma en Brasil fueron allanadas, y varios gerentes arrestados, como parte de una investigación de sobornos pagados a políticos por empresas que buscaban contratos de la paraestatal Petrobras.

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"Aquí en Panamá siempre decían que era too big to fail (demasiado encumbrado como para fracasar)", opinó Miguel Antonio Bernal, profesor de derecho en la Universidad de Panamá.

Escritor y soñador

La ficción de Fonseca, que le valió el principal premio literario en Panamá, refleja los enredos clandestinos de la política. En 2012 publicó "Mister Politicus", una novela en la que, según dijo, "articula los enmarañados procesos de los que se valen funcionarios inescrupulosos para afincarse en el poder y, desde allí, satisfacer sus detestables ambiciones, arropados con el manto falaz de un fementido servicio a la nación".

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Pero Fonseca también acumuló méritos prodemocráticos en un país cuya dictadura militar de 1968-1989 impulsó el crecimiento de la industria bancaria extraterritorial de Panamá. Desempeñó un papel crucial al denunciar en 1993 la desaparición y asesinato de un sacerdote católico, medida que condujo a la creación de una comisión de la verdad para investigar los crímenes de la dictadura.

Mucho menos se conoce sobre su socio, que hasta ahora no ha hablado y tiende a esconderse de las cámaras.

Alemán en tierras panameñas

El padre de Mossack era miembro del ala armada del partido nazi, según archivos de inteligencia del ejército estadounidense recopilados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que ha coordinado la pesquisa de la firma de abogados. Llegó a Panamá a principios de la década de 1960 con su familia. The Associated Press no ha podido verificar los informes.

Fonseca, por su parte, dijo que el padre de Mossack trabajó como ejecutivo en la aerolínea Lufthansa y describió a su socio como honorable pero distante.

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"Lo estimo pero es un hombre parco; es un alemán", dijo Fonseca en una entrevista el lunes con la emisora local Telemetro. (I)