Una basura que se enfunda sin clasificar antes los desechos y se deja en la vía hasta que pase el carro recolector puede generar desechos regados y pérdida de alimentos aún aptos para el consumo y de materiales que podrían reciclar las personas dedicadas a ello.

Para tratar de aprovechar al máximo la basura el consorcio Puerto Limpio, empresa encargada de la recolección, barrido, transporte y disposición final de los desechos sólidos no peligrosos en Guayaquil, ha emprendido la campaña denominada “Desechos sin desperdicios”.

Con el lema “Clasificar es necesario por una ciudad más limpia y responsable” se espera crear conciencia en los ciudadanos, para que antes de colocar la basura en la calle clasifiquen lo que se puede llevar el carro recolector y lo que le puede servir al chambero como material para reciclar.

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María José Blum, intendente de comunicaciones de Puerto Limpio, indica que esta campaña es para evitar que el chambero rompa todas las fundas con el fin de encontrar lo que le puede servir y deje todo regado.

“Lo que esto ocasiona es que se ensucie la calle porque se riega la basura”, añade.

Señala que el consorcio recoge en la ciudad un promedio de 4.000 toneladas de basura por día. De esa cifra, el 85% son desechos orgánicos y el 15% inorgánicos. “Este monto menor se registra porque es el que recoge el chambero, que es lo que logra separar de lo que para ellos tiene valor”, indica Blum.

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Dice que se quiere sensibilizar al guayaquileño para que colabore con esta actividad, que es de la que viven estas personas. “Al no realizar una clasificación adecuada en la fuente, en el lugar, lo que ellos pueden rescatar es muy poco. El que se haga una correcta clasificación se va a traducir en mayores ingresos para estas personas”, dice.

En tanto, Carlas Aguas, vocera de Puerto Limpio, indica que con esta campaña ganan el recolector y los ciudadanos porque se hace todo de forma ordenada y no se ensucia la ciudad.

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Añade que lo único que tiene que hacer el ciudadano es clasificar la basura y dejarla en su portal antes de que pase el carro recolector, así le dará tiempo al chambero para que tome lo que le sea útil y deje lo que se tiene que llevar Puerto Limpio.

“Los chamberos conocen bien los horarios y frecuencias de los carros recolectores, ellos saben bien a qué hora pueden hacer su trabajo. También es importante que las personas respeten el horario de recolección, para evitar la mala disposición de los desechos”, añade Blum.

“La campaña está orientada a nivel domiciliario y da un paso más allá llegando a los empresarios, a las industrias, para dar valor social a aquellos productos que ya no tienen un valor comercial, indica Aguas.

Según ella, hay productos que aunque aún están aptos para el consumo humano, por alguna razón muchas veces son retirados de las perchas, pero que pueden ser aprovechados por otras personas.

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Dice que para aprovecharlos Puerto Limpio se ha unido al banco de alimentos Diakonía, que es una entidad que lucha para erradicar el hambre en la ciudad, con el compromiso de apoyarlo con la transportación de estos alimentos hasta el banco.

“La idea es que los empresarios donen estos productos. Ellos se pueden comunicar con Diakonía y, este a su vez, se contacta con el consorcio, el cual con sus unidades asignadas llevará las donaciones”, dice Aguas.

“Ellos (Diakonía) no tienen la logística para ir a las empresas a retirar las donaciones, por eso nosotros nos encargaremos de la movilización. La idea también es que en el transcurso del tiempo se sumen más empresarios con su ayuda, por eso nosotros queremos llegar con esta campaña a nivel domiciliario y a las empresas”, anota Blum.

Dice que con la donación al banco de alimentos las empresas podrán deducir estos productos de sus impuestos.

Según cifras del consorcio, de las 4.000 toneladas diarias de basura que se recogen en la ciudad, el 19% proviene de mercados y de industrias.

Es decir que de las 1’460.000 toneladas anuales de desechos, 34.838 proceden de los mercados y 212.500 de las industrias. “Son 247.338 toneladas anuales de desechos de alimentos. Si nosotros logramos rescatar solo el 1 por mil, conseguiríamos 247 toneladas anuales, es decir que triplicaríamos la capacidad que hoy tiene el banco de alimentos que subsiste con menos de 100 toneladas al año”, indica Blum.

La iniciativa de Puerto Limpio de que se clasifique la basura le parece muy beneficiosa a Juan Fernández, quien se dedica a buscar desechos en la ciudadela Urdesa. Dice que así evitará tener que buscar entre las fundas hasta encontrar algo que le sirva para vender y llevar la comida a su hogar.

Cuenta que generalmente los chamberos buscan botellas de cola, periódicos, ‘archivo’ (cuadernos), cartones, chatarra, ollas de hierro, aluminio, cobre. Dice que por el aluminio le pagan de 25 a 30 centavos el kilo, siete centavos por el cartón y tres centavos por las botellas plásticas.

En tanto, Andy Mite, que trabaja en aseo de calles para Puerto Limpio al norte de la ciudad, dice que no solo se deben clasificar los desechos de alimentos y materiales, sino también las heces de perro que se dejan a diario en las calles y en especial en las cunetas. Cree que esto se debe poner en una funda y con una etiqueta que le indique al chambero y al recolector de qué se trata lo que hay en el interior.

Silvia Castro, moradora de Miraflores, dice que ella sí coloca los desechos orgánicos en una funda y los reciclables en otra y en muchas ocasiones espera a que pase el chambero y se lo entrega personalmente.

Añade que también clasifica ropas, juguetes y otros artículos que le pueden servir no solo al chambero, sino también a las personas que se trasladan en los carros recolectores. Así son más personas las que se benefician, puntualiza la ciudadana. (I)

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Mil toneladas de basura se recogen a diario en la ciudad, el 15% son desechos inorgánicos.