Los maizales forman cuadrículas verdes en los prados de Pedro Carbo. En Cascajal, Valle de la Virgen, Jerusalén y Las Cañitas es época de cosecha porque la demanda del choclo aumenta por Semana Santa; el grano es la base de la humita, bocado que por tradición se consume en esta época.

El comercio de la mazorca se triplicó en la esquina de mayor comercio de Pedro Carbo, 9 de Octubre y Chile. El mayorista Oswaldo Loor refiere que al día llega a vender 150 almudes (sacos). Cada uno contiene 150 mazorcas en promedio.

Las camionetas van y vienen en torno a su local, donde en especial los choclos van a mercados de Guayaquil, señala el comerciante que también despacha el producto al menudeo. Entre 10 y 12 choclos por $ 1.

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Pedro Carbo produce grano amarillo, tierno, cosechado en las tierras, por ejemplo, de Gloria Holguín, agricultora del recinto Las Cañitas, cuyo esposo, Crespín Rodríguez, de 66 años; su hermano, Eloy Holguín, y su nieto adolescente, Kevin Samaniego, extraen las mazorcas.

Llevan ropa de mangas largas porque las hojas del maíz tienen filo y pueden lastimar la piel. Y con los sacos a cuestas, los hombres sortean un esterillo, cuya agua les supera la cintura, en su camino hacia la carretera Pedro Carbo-Valle de la Virgen, donde aguarda un intermediario con su camioneta.

El comerciante evita llevarse los choclos de menor tamaño, que queda para consumo familiar. “Nos queda para nosotros o dárselos al remate, al dos por uno”, sostiene Jhonny Holguín, sobrino de Crespín y Gloria, quien lamenta que los $ 10 por cada almud no les suponga supuestamente mayor ganancia.

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Explica que los maizales deben recibir abono por al menos tres ocasiones, pero solo aplican dos por no poder costear el químico. “Por eso no desarrolla el grano”, dice el agricultor.

En el recinto Jerusalén, los dueños de sembríos no cosecharán el choclo, sino que esperarán hasta mayo para obtener maíz, un grano de más valor monetario en el mercado.

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Carlos Decimavilla manifiesta que el almud del maíz lo venden a $ 14, y que si hoy quisiera vender choclo, a $ 10 del saco debería restarle $ 1 del flete a Pedro Carbo. En su recinto hay siquiera 30 socios productores de maíz.

Las mazorcas de choclo carbense llegan por decenas a los comedores del cantón Nobol, que también recibe mazorcas de Balzar y El Empalme. Es típica la venta de torrejas y humitas, entre otros bocados.

Vilma Caicedo, propietaria de uno de esos negocios ubicados en la calle principal, se apuraba ayer en freír torrejas. Comenta que el choclo tierno es preferible para las humitas. Esperaba que le llegue su pedido de choclos para elaborar ese alimento para sus clientes.

En Nobol se espera una multitudinaria presencia de feligreses por ocasión de la procesión de Viernes Santo, por lo que prevé que los más de 30 locales tengan humitas y torrejas en sus menús. (I)

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Tradiciones
Gastronomía

Comercio de humitas
Entre $ 0,50 y $ 1 cuestan las humitas y las torrejas en los comedores del cantón Nobol. Los comerciantes ofrecen los bocados acompañados de porciones de queso, a $ 1,50.

Nuestro choclo es de lo mejor, es vitamina. Pedro Carbo vive de este sembrío, antes era el algodón. Nos llevan más (mazorcas) por Semana Santa.Crespín Rodríguez, agricultor carbense