El gobierno brasileño anunció el sábado que presentará una demanda judicial contra el senador Delcidio do Amaral, que implicó a la presidenta Dilma Rousseff en el megafraude a la estatal Petrobras, por declaraciones "calumniosas y difamatorias".

"La presidenta Dilma Rousseff determinó que se tomen todas las medidas judiciales posibles contra Delcidio do Amaral, para que sea responsabilizado legalmente por todas sus declaraciones calumniosas y difamatorias", informó la Presidencia en un comunicado.

"Dilma sabía todo", dijo Amaral a Veja

El senador brasileño que aceptó colaborar con la justicia a cambio de una reducción de pena en el escándalo Petrobras aseguró que la presidenta Dilma Rousseff "sabía todo" y "se benefició" del esquema digirido por su precedesor, Luiz Inacio Lula da Silva.

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"Dilma heredó y se benefició directamente de ese sistema, que financió sus campañas electorales" de 2010 y 2014, afirmó en una entrevista publicada el sábado por la revista Veja, Delcidio do Amaral, exlíder del oficialista Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en el Senado.

"Lula dirigía el esquema" de sobornos pagados durante una década por grandes constructoras a políticos y a funcionarios de la estatal Petrobras a cambio de contratos, aseguró Amaral, que esta semana se desafilió del PT.

Pero "Dilma también sabía todo. La diferencia era que ella fingía no tener nada que ver con el asunto", agregó.

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"Lula negoció directamente con las bancadas partidarias los nombramientos de los directorios de Petrobras y sabía perfectamente el uso que los partidos les daban a esos directorios, sobre todo en lo que respecta a la financiación de campañas electorales", prosiguió Amaral.

Y tanto Lula como Rousseff "trataron de forma sistemática de obstruir la labor de la justicia", acusó.

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El senador dijo a inicios de la semana pasada que el ministro de Educación, Aloizio Mercadante, una figura histórica del PT, trató, como "emisario de la presidenta", de comprar su silencio.

Amaral fue detenido en noviembre pasado por obstruir la investigación de la causa Petrobras. Salió de prisión casi tres meses después, tras haber aceptado un acuerdo de "delación premiada".

En sus declaraciones implicó igualmente al vicepresidente, Michel Temer, al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha -un acérrimo adversario de Rousseff- y al líder de la oposición socialdemócrata, Aecio Neves.

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El escándalo Petrobras fragilizó a Roussseff, amenazada ya por un juicio de destitución en el Congreso por presunta manipulación de las cuentas públicas.

Centenares de miles de brasileños salieron el viernes a la calle para defender al gobierno, en tanto que unos tres millones reclamaron el domingo pasado la renuncia de la mandataria. (I)