Las primeras versiones oficiales sobre las posibles causas del accidente aéreo que dejó 22 militares fallecidos, el martes pasado en Fátima (Pastaza) apuntan a la situación adversa del clima en esta zona.

Ocurrió en un avión Arava, modelo T-201, de matrícula AEE-206, de fabricación israelí, el cual se precipitó mientras se realizaba el ‘Curso de maestros de salto’ de estos militares.

La noche del pasado martes, en el operativo de rescate de los cuerpos, el ministro de Defensa, Ricardo Patiño, dijo que no tenía ni idea, “no puedo decir absolutamente nada (de lo que pasó)”; sin embargo, agregó: “Podremos suponer que había un problema de clima”.

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Ramiro Aldaz, comandante de la Brigada de Selva 17 Pastaza, relató que a eso de las 13:15 se perdió contacto con el avión, que estaba tripulado por 19 paracaidistas, el piloto, el copiloto y el mecánico.

Contó que las condiciones climáticas estuvieron “intermitentes”, pero que era el segundo día que realizaban este ejercicio, en un “área adecuada”.

“El piloto tenía muchísima experiencia y de igual forma el copiloto y el mecánico, siempre estuvieron volando ese avión”, resaltó Aldaz.

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La Junta Investigadora de Accidentes militares (JIA), que se encargará de indagar las razones del accidente, empezó su trabajo el miércoles último, según fuentes militares.

Esta instancia, según el reglamento de la Junta Investigadora de Accidentes Aéreos, está integrada por un delegado del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, un investigador especializado en percances aéreos, un técnico especializado en aeronaves, un médico, un asesor jurídico y un delegado de la Dirección General de Aviación Civil.

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Ellos podrían pedirme incluso la custodia de las partes de la nave Arava.

Según un comunicado del Ministerio de Defensa, esta fue fabricada en octubre de 1991 y operó desde 1992 en Ecuador. Hasta el día del accidente, reportaba 6.462 horas de vuelo y le faltaban 3.138 horas para su siguiente revisión total.

El exdirector de la Escuela de Fuerzas Especiales Patria Hugo Guerrón se graduó de maestro paracaidista en 1997, en un avión Arava, al que recuerda como “excelente para este tipo de instrucción y de terreno”.

Detalló que cuando hay algún problema en el avión, “el maestro puede ordenar un salto de emergencia de los paracaidistas, que se hace entre 400 y 600 pies de altura”.

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El general Paco Moncayo, exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, refirió que el Arava ha servido para operativos militares, logísticos y de apoyo a la comunidad.

Dijo que las condiciones climáticas en las zonas de selva son variables y recordó que, cuando era militar activo, se aterrizaban los helicópteros en sitios no determinados “a esperar el buen clima”. (I)

Comunicado
Ministerio de Defensa

Seguro
La nave tenía póliza de casco y responsabilidad civil.

Vuelo antes de accidente
9 paracaidistas se lanzaron a las 11:00 del martes 15 en un primer vuelo del avión, que en la tarde se accidentó.