Los espacios para hacer oficina que se pueden alquilar por horas en los cuales cohabitan varios emprendedores, freelancers o trabajadores remotos, son parte de un movimiento mundial denominado Coworking. Quienes contratan estos lugares se llaman coworkers y dicen que entre sus beneficios están el compartir experiencias y generar redes de contactos que los ayudan entre sí.

En el Ecuador, estos espacios van creciendo para facilitar el acceso con precios más cómodos que los que representarían un arriendo normal.

El primer coworking privado fue Impaqto, una empresa fundada por cinco jóvenes cuyo objetivo es apalancar el trabajo de los emprendedores, tanto a través del coworking como de la incubación de empresas.

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Michelle Arévalo, una de las cofundadoras, explica que este tipo de espacios fueron pensados para alguien que empieza un negocio, pero que para crecer necesita tener un espacio adecuado. “La mayoría de emprendedores trabajamos desde la cocina de la abuelita o desde un restaurante, pero este no es el espacio para recibir a un inversionista o a un cliente”.

El coworker por lo común no tiene recursos para contratar una oficina permanente o servicios de abogacía y de diseño gráfico para su logo; entonces, los espacios de coworking son una opción. “Es una familia extendida”, explica Arévalo.

Hace solo 14 semanas también se abrió un espacio parecido en Urdesa, en Guayaquil: Invernadero. Según Aldo Arellano, uno de los socios, los coworkers tienen la infraestructura necesaria para concentrarse en su proyecto.

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En Invernadero, al momento existe una comunidad de coworkers en áreas como la importación y exportación, diseño, arquitectura, entre otros. Ahora existen 14 empresas unipersonales y bipersonales.

Para Arellano, una de los beneficios de trabajar en comunidad son los contactos que se obtienen y que incluso terminan haciendo negocios entre ellos mismos. La membresía en Invernadero puede ser por tiempo parcial o ilimitado.

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Un espacio de coworking dirigido casi exclusivamente para personas freelance es el que ha generado Torno, también ubicado en Quito.

Carolina Rodas, representante de la empresa, explicó que este lugar más bien nació primero como una plataforma colaborativa de siete proyectos entre publicidad, diseño audiovisual, arte y muralismo, arquitectura, diseño, y otros.

Esta plataforma les hizo darse cuenta de que podían generar un espacio para quienes quisieran establecer “sinergias colaborativas”. Así, ahora tiene un campo con capacidad para unas 15 personas.(I)

Espacio
Negocios

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Conquito
El Municipio de Quito, a través de Conquito, también ha creado un espacio de coworking en el cual se cobra una membresía y se accede a servicios de oficina y capacitaciones.

Costos
En todos los casos, los coworkers deben cancelar una membresía que depende del tiempo y de los servicios. Puede oscilar entre los $ 25 y los $ 180.