La declaración prevista para este lunes del expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva como testigo de uno de los implicados en el multimillonario escándalo de corrupción en Petrobras fue finalmente anulada, según informaron varios medios locales.

El ganadero brasileño, y amigo de Lula, José Carlos Bumlai desistió de contar en su defensa con el testimonio del exmandatario, que debía responder por videoconferencia a las preguntas del juez Sergio Moro.

El sitio de información G1 publicó una carta de los abogados de Bumlai al magistrado, en la que informan de que su cliente renuncia a que el expresidente sea interrogado para su defensa.

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Según el mismo medio, el juez Moro, encargado de la causa que investiga el megafraude en la petrolera estatal, aceptó la petición este viernes y renunció al interrogatorio.

El propio expresidente Lula (2003-2010), ícono de la izquierda brasileña, también está siendo investigado por posibles delitos de "corrupción" y "blanqueo de dinero" en otro eje del escándalo en Petrobras.

En el marco de la indagación, la policía allanó su casa en el cinturón industrial de Sao Paulo el 4 de marzo para llevarle a declarar forzosamente. En aquella ocasión, los investigadores lo interrogaron sobre los presuntos "favores" con los que poderosos grupos de la construcción implicados en el fraude lo habrían beneficiado.

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Menos de una semana después, la Fiscalía del estado de Sao Paulo solicitó la prisión preventiva de Lula tras denunciarle por "ocultación de patrimonio", una modalidad de lavado de dinero.

En el punto de mira figura un apartamento del que el expresidente niega ser propietario y que lo relacionaría supuestamente con una constructora implicada en el escándalo.

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Los problemas judiciales de Lula agravaron la crisis política por la que atraviesa Brasil, donde Dilma Rousseff, heredera del ex líder sindical, enfrenta un proceso de impeachment en su contra, mientras este domingo más de tres millones de brasileños pidieron en las calles su destitución.

La presidenta, sin embargo, llamó a su mentor al rescate de su gobierno este viernes, cuando afirmó públicamente que sería un "gran orgullo" contar con Lula en su gabinete.

En caso de aceptar el convite, el exmandatario evitaría a la justicia ordinaria, ya que los ministros sólo responden penalmente ante el Supremo Tribunal Federal (STF).

El exjefe de Estado, al que las filas del Partido de los Trabajadores que él mismo fundó empujan a que sea candidato presidencial en 2018, no ha respondido todavía.

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Según los comentaristas políticos brasileños, Lula sería reacio a aceptar la oferta para no dar la impresión de que huye de la justicia.  (I)