El PMDB, la mayor fuerza política de Brasil, decidirá en los próximos 30 días si abandona a su suerte al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.

El llamado partido de la gobernabilidad realizó ayer una convención nacional con un clima opositor y con pedidos de ruptura con el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), donde los representantes votaron para que ninguno de sus miembros acepte un cargo en el Gobierno federal durante el mes de deliberación.

“El PT y el Gobierno terminaron. Dilma perdió el control del país, nadie cree en lo que dice, no está más en condiciones de unir a nadie ni de encontrar un rumbo para la economía”, dijo el diputado Omar Terra, uno de sus líderes.

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“La presidenta tiene una óptima oportunidad de renunciar. O caminará hacia el impeachment (juicio político). Las calles están pidiendo eso. La presión de la sociedad (...) y el descalabro moral que tiene el país exigen que haya un cambio de gobierno”, agregó Terra.

El PMDB es la mayor fuerza política de Brasil en cantidad de diputados, senadores y gobernadores. Sus hombres ocupan los tres primeros lugares de la sucesión presidencial: Michel Temer, vicepresidente de la república; Eduardo Cunha, presidente de los diputados; y Renan Calheiros, jefe del Senado.

En 2015, Dilma hizo una reforma ministerial para consolidar su fragilizada base legislativa y bloquear un pedido de juicio político. Ahí otorgó 2 carteras al PMDB, una la del Ministerio de Salud, la de mayor presupuesto. Así, el partido pasó a dirigir 7 ministerios. (I)