Los japoneses rindieron homenaje este viernes a las víctimas del terremoto y el tsunami ocurridos hace exactamente cinco años, una catástrofe que dejó 18.500 muertos o desaparecidos y causó un accidente nuclear cuyos efectos siguen siendo visibles.

Pese al frío y la lluvia, miles de familias participaron con flores y velas en el homenaje en distintos puntos del noreste del país, azotado por el desastre.

A las 14:46 (05:46 GMT) se observó un minuto de silencio en todo Japón, en el momento preciso en que hace cinco año se produjo un sismo de magnitud 9 frente a la isla principal de Honshu.

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En la región en la que se produjeron más muertos, en Sendai, los supervivientes se concentraron ante una estatua erigida en la playa de Arama, donde hace cinco años gigantescas olas barrieron todo a su paso.

El emperador Akihito, la emperatriz Michiko, el primer ministro Shinzo Abe y otros participantes en la ceremonia de Tokio inclinaron sus cabezas en señal de homenaje.

"Han pasado cinco años desde la catástrofe; más de 20.000 víctimas han perdido la vida", declaró el emperador Akihito en la ceremonia, junto a la emperatriz y frente a un inmenso parterre de flores blancas y amarillas, alrededor de una estela de homenaje a "las víctimas del gran desastre de Tohoku" (noreste).

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"Japón ha recibido el regalo de tener una naturaleza hermosa, pero a veces puede ser peligrosa", destacó el jefe del Estado. "Nunca podremos olvidar las imágenes de ese muro de agua negra" cayendo sobre las ciudades destruidas por el tsunami, añadió.

"Cuando voy a las regiones afectadas tengo la impresión de que el desastre sigue presente", comentó el primer ministro Shinzo Abe, que prometió un gobierno unido "para reconstruir un país más resistente". (I)