¿Qué puedo hacer yo por la equidad de género?

Mientras ciertos grupos enaltecen al género femenino en el Día Internacional de la Mujer, otros se oponen a la celebración.

Para algunos, el 8 de marzo recuerda un hecho atroz y remarca las diferencias de género; mientras para otros celebra la lucha por los derechos de la mujer y exalta las virtudes que creen propias en ellas.

Ambas corrientes tienen sustento. Un día como hoy, en 1908, trabajadoras del sector textil murieron en la fábrica Cotton, de Nueva York. Ellas se habían negado a salir de las instalaciones como medida de protesta durante una huelga para exigir mejores condiciones laborales. Entonces, se produjo un incendio que acabó con sus vidas.

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El hecho desató más manifestaciones y en 1910, en la II Conferencia de Mujeres Socialistas, se propuso el 8 de marzo como el día internacional para reivindicar los derechos de las mujeres. Mujeres de diversos países se inspiraron en las víctimas de la fábrica textil para exigir mayor respeto por la fuerza laboral femenina y mayor participación en las decisiones públicas y sociales. Varias décadas después, en 1977, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó oficialmente la celebración y se acogió en los países miembros.

Más allá de las diversas opiniones respecto al modo de recordar este día. La equidad de género es una lucha global y diaria.

¿Qué puedo hacer yo por la equidad de género?

La especialista en desarrollo social y político con una perspectiva de género en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Clara Alemann, propone seis acciones concretas que hombres y mujeres pueden tomar en su vida diaria para contribuir a una sociedad más equitativa. 

1. Compartiendo las responsabilidades de cuidado y las tareas domésticas

Tratándose con respeto y valorando el trabajo no remunerado independientemente de quien lo haga, porque los patrones se transmiten de generación en generación. Los niños que crecen en hogares donde ambos padres/madres comparten las responsabilidades laborales y familiares y donde se respetan mutuamente tienen mayores probabilidades de reproducir relaciones equitativas en su vida.

2. Incentivando juegos, juguetes y libros no sexistas que no segreguen y categoricen espacios, temas, actividades y roles para niños y niñas.

La existencia de secciones divididas en librerías y jugueterías para niños y niñas, puede parecer inofensiva pero su impacto no termina en la juguetería. Desincentivar a una niña a leer un libro de dinosaurios o el espacio porque están etiquetados para varones puede traducirse mañana en que esta niña no escoja una carrera porque es para varones.

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Un estudio reciente que analiza textos escolares en Chile encuentra que aún queda mucho por hacer para que estos reflejen un tratamiento equitativos de personajes femeninos y masculinos, y que persiste la división sexual del trabajo, mayor protagonismo y presencia de personajes masculinos y roles de género estereotipados.

Como sugiere un manual para la inclusión de género en educación inicial en Uruguay, también podemos revisar canciones y juegos tradicionales que a menudo, tienen un fuerte contenido sexista y reinventarlos para promover igualdad: En vez de cantar Arroz con leche me quiero casar con una señorita….que sepa coser, que sepa planchar…podremos cantar Arroz con leche, me quiero encontrar, con amigos y amigas para ir a jugar, Que sepan correr, que sepan saltar, que canten y que bailen para disfrutar.

3. Fomentando la toma de decisiones libres de estereotipos de género

Asegurando que tanto niñas como niños aprendan y gradualmente tomen responsabilidades relacionadas con el cuidado, el orden y la limpieza, así como tomar decisiones, liderar iniciativas, expresar sus opiniones y resolver problemas apropiados para su edad.

4. Oponiéndose a cualquier burla sexista, comentario peyorativo o que refuerce roles estereotipados de género.

Es sexista preguntarle a un niño de 4 años cuántas novias, reírse de él porque tiene miedo, criticar a una niña porque se muestre dominante o no se preocupe por su apariencia.

5. Incentivando a las niñas en el aprendizaje de matemáticas y enfrentando los sesgos inconscientes de que las matemáticas no son para ellas.

En América Latina el desempeño de las niñas en matemáticas es peor que el de los niños; ellas suelen pensar que no son buenas, pierden el interés en esta materia y esto es reforzado por los adultos (en el hogar y en la escuela) lo cual repercute más tarde en el bajísimo número de mujeres que escogen carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, y está relacionado con sectores laborales peor remunerados.

Un programa innovador de matemáticas para niños de preescolar en Paraguay logró eliminar la brecha inicial de género en el aprendizaje asegurando que los docentes llamaran específicamente a las niñas a participar, ya que al llamar de forma neutra, los varones monopolizaban la participación y esto se reflejaba en una ventaja en su aprendizaje. Otras pautas para apoyar a las niñas a aprender matemáticas se describen aquí.

6. Brindando oportunidades para que las niñas tomen riesgos y realicen actividades físicas

Trepar, arrastrarse, hacer equilibrio son actividades para niños y niñas. Éstas contribuyen a desarrollar tanto destrezas físicas, como la confianza y autoeficacia para enfrentar desafíos y situaciones nuevas. Sobreproteger a las niñas e insistir en que tengan cuidado -en vez de incentivarlas a que superen su temor y desarrollen coraje como se hace con los varones- porque se las piensa frágiles y temerosas les enseña a evitar actividades fuera de su área de comodidad y no las prepara para ser protagonistas de su vida.

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A través de su publicación en el blog  del BID Primeros Pasos, la especialista concluye: "Construir sociedades igualitarias donde las niñas no crezcan en desventaja y tengan las mismas oportunidades que los niños, empieza por casa. Comprometámonos hoy para apoyar a las niñas, que pronto serán mujeres, a ampliar sus aspiraciones, a que desarrollen las aptitudes y habilidades para perseguirlas y a alcanzar sus ambiciones". Entonces, ¿qué harás tú día a día para contribuir a la equidad de género? (I)