Cuando Gladys Steffani, madre de María José Coni, llevaba una hora recorriendo los sitios de Montañita donde supuestamente estuvo su hija con la amiga Marina Menegazzo, el jefe de la Dinased, coronel Víctor Arauz, llegaba en helicóptero a la comuna para unirse a la ‘investigación’ que los deudos hacían en el lugar.

La progenitora, quien llegó acompañada de su hijo Felipe Coni, quería despejar dudas respecto del trayecto de las jóvenes argentinas en las horas previas a sus asesinatos.

El primer sitio en visitar fue el hostal JN, donde las ahora occisas estuvieron once días. La dueña del local le contó a Gladys Steffani que las dos jóvenes preparaban ensaladas de frutas y hamburguesas para vender en la playa porque, al parecer, no tenían dinero.

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Luego los deudos acudieron al bar Sin Fronteras, de María Auxiliadora Suárez, conocida como La Abogadita, quien también dijo que María José y Marina le confesaron que estaban sin recursos económicos.

Suárez dijo a Gladys Steffani que nunca entraron al bar, que estaban afuera “haciendo con el dedo (para que las llevara algún carro)” y que allí tomaron contacto con los sospechosos del doble asesinato.

Cuando acudieron a los sitios donde hallaron los cadáveres y la casa donde supuestamente fueron asesinadas, Gladys comenzó a cuestionar la investigación de la Policía y principalmente al coronel Arauz, quien para entonces se había unido al recorrido de los deudos.

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La madre de María José no respetó las escenas de los crímenes e irrumpió en ellas. “A mí nadie me va a negar que ingrese donde encontraron un cuerpo mutilado, les guste o no les guste”, le dijo a un policía.

Felipe Coni también increpó a Arauz por no hallar los dos cuerpos el mismo día. “Cómo puede ser que no encuentren un cuerpo que está acá y el otro a quince metros, ¿qué clase de peritaje es el que hacen?”

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Arauz respondió: “Es el peritaje que profesionalmente nosotros hacemos”, a lo que Coni replicó: “Bueno, entonces le enseñaron mal”. (I)