Tras dos horas de discursos, abrazos y elogios, el homenaje a Enrique Ayala Mora no solo fue un gesto de reconocimiento académico y profesional por su trayectoria como rector de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), sino que se convirtió en un espacio para relanzar su actividad política y abrir puentes entre tendencias partidistas, en apariencia, irreconciliables.

El acto se realizó la noche del jueves, en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo, en el centro de Quito, y asistieron cerca de mil personas.

En primera fila, personajes de un origen político distinto como Alberto Dahik, Osvaldo Hurtado, Alberto Acosta, el general Guillermo Rodríguez Lara... En el segundo bloque, igual: Blasco Peñaherrera Padilla, Mesías Tatamuez, Frank Vargas, Marcelo Larrea... Atrás y a los lados, políticos, académicos y estudiantes universitarios.

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Los exmandatarios Gustavo Noboa y Alfredo Palacio enviaron sus excusas, al igual que el exvicepresidente León Roldós y otros.

Los presentes, como en una ovación, aplaudieron las críticas en contra del gobierno de Rafael Correa, al que calificaron de autoritario y corrupto, y al llamado a que Ayala Mora asuma el liderazgo dentro de un movimiento de unidad.

El escritor Marco Antonio Rodríguez abrió el homenaje con un discurso que destacó la trayectoria de Ayala e ironizó sobre la figura presidencial “inflada por la propaganda”.

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Lo mismo hizo Gustavo Vega, expresidente del desaparecido Conesup (el anterior Consejo de Educación Superior), pero con más referencias al carácter totalitario del régimen y a la falta de probidad de ciertas autoridades nacionales. Todo, con sentido del humor.

Moisés Sampedro, estudiante de la Universidad Técnica de Manabí, cerró con un corto y contundente mensaje: invitar “al compañero Enrique Ayala Mora” a asumir el liderazgo de la unidad que reemplace las diferencias por la necesidad de sumar en la diversidad.

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Ayala les dio las gracias. Y la razón: el patriotismo es una urgencia que requiere de unidad, dijo. “Que toda esa energía (tras el descontento con el Gobierno) la canalicemos en un gran acuerdo nacional”.

Luego llegaron los abrazos y un brindis entre amigos, simpatizantes y nuevos aliados de todas las tendencias, aunque Ayala ratificó su pensamiento socialista de siempre. (I)