Desde Santo Domingo de los Tsáchilas, Cotopaxi, Azuay, Pichincha y Galápagos surgieron las desafiliaciones de Alianza PAIS (AP) en el último año.

El manejo de las directivas locales y los cargos en la administración pública, las enmiendas constitucionales y la legislación impulsada por el régimen son algunas de las razones.

Las más recientes fueron las de los asambleístas Oswaldo Larriva (Azuay) y Fernando Bustamante (Pichincha).

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Larriva se quejó de que un “grupo” se tomó la dirección del partido y los cargos en la provincia, “excluyendo, incluso, a fundadores del movimiento” y eso provocó no solo su desafiliación sino el alejamiento de AP de muchos que “no han hecho un acto de desafiliación, pero se nota que no hay la cercanía de hace nueve años”.

“Los principios ideológicos se mantienen en los impresos y en los textos de difusión, pero no en la práctica, pues hay un alejamiento de las bases, de los ciudadanos en una falta de atención de la provincia”, dijo.

En cambio, Bustamante indicó en sus últimas declaraciones en medios que en AP paulatinamente se ha cerrado el debate, que en legisladores queda la sensación de que no importa lo que se discuta, ya que eso no influye en las decisiones.

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El legislador se desafilió tras abstenerse de votar a favor de las enmiendas. Luego fue sancionado por AP y se vio obligado a renunciar a la presidencia de la Comisión de Relaciones Internacionales.

En mayo del año pasado, el legislador por Galápagos, Ángel Vilema, también dejó el bloque, pues se opuso al veto a la Ley Orgánica de Régimen Especial para Galápagos, que determinaba que los sueldos en las islas se pagarán según el Índice de Precios al Consumidor (IPC). A raíz de la aprobación de esa normativa hubo protestas.

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Las deserciones también se han dado entre autoridades locales y militantes.

Así, a fines del 2015, cinco concejales de Santo Domingo dejaron AP. Una de ellas, Johanna Núñez, explicó que la desafiliación fue personalizada y por un mal manejo dentro de la dirección provincial.

Esta decisión coincidió con la desafiliación de Avanza del alcalde de Santo Domingo, Víctor Quirola, quien los invitó a formar un nuevo movimiento.

Núñez prefiere autocalificarse ahora como “independiente” porque esa nueva organización aún está en proceso y aclara que no está en contra del presidente Rafael Correa.

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Al respecto, William Garzón, asambleísta de Santo Domingo de los Tsáchilas, señaló que son casos puntuales de desafiliación, que no ha habido una reacción de la militancia y que los concejales han formado un movimiento con el alcalde.

En enero pasado, en Cotopaxi, Rodrigo Espín, excandidato a alcalde de Latacunga por AP, fue expulsado del movimiento y tras él salieron 23 personas más. Afirmó que le dijeron que no debía declarar que estaba en desacuerdo con la construcción de la cárcel.

Espín aclaró que no son desafiliaciones en rechazo a Correa, sino a la forma en que se maneja el sector público y, especialmente, a la secretaria de AP, Doris Soliz, que “nunca ha venido a atender a las bases”.

Luis Guamangate, asambleísta de AP de esa provincia, dijo que siempre la partida de cualquier militante merece un análisis minucioso de las circunstancias y entienden que existe un malestar cantonal; pero “así como hay gente que se va, hay gente que viene”. (I)

Dirigencias
Decisiones

No gratos
Los concejales de Santo Domingo que se desafiliaron del movimiento oficialista fueron declarados como personas no gratas por la directiva provincial de AP, que además les exigió renunciar a sus cargos.

Nuevos grupos
Los exmilitantes de AP en Cotopaxi señalaron que buscarán formar nuevas agrupaciones políticas.