Estaba durmiendo en su casa, en Guayaquil, cuando alrededor de las 02:30 de ayer recibió una llamada telefónica de un número desconocido. Extrañada respondió y una voz le informó que iban a ser devueltas las 21 computadoras que el sábado pasado fueron robadas de la escuela fiscal Raquel Naranjo, de la parroquia Petrillo, cantón Daule, provincia del Guayas.

La mujer, quien no se identificó, contó que era la voz de un hombre y que se asustó cuando este le dijo que la conocía muy bien y que solo quería devolver los equipos sustraídos.

Relató que el desconocido le dio detalles del sitio donde iba a dejar las computadoras, dentro de sacos de yute. “Me dijo: ‘Por donde la señora que vende pescado han dejado unos bultos y ahí están las computadoras, la llamamos porque la conocemos a usted, pero no nos comprometa porque nosotros la conocemos, no la estoy amenazando, pero nosotros la conocemos’; me puse nerviosa...”.

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Enseguida llamó a una amiga y esta comunicó a la Policía que los presuntos delincuentes habían abandonado los equipos en una esquina de la calle conocida como Artillería, a unos 200 metros de la escuela.

Cuando los agentes llegaron al lugar, según las dos mujeres, solo recogieron las computadoras y detuvieron a un joven que fue identificado como Maximiliano F. A. M., de 20 años.

“Fue exalumno de aquí (escuela), dicen que está perdido en el mundo de las drogas; usted cree que el ladrón va a quedarse ahí, de pronto estuvo en el momento menos indicado”, dijo una de las docentes.

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No obstante, la versión de la Policía es diferente. El coronel Carlos Blanco, comandante en Daule, indicó que la recuperación de las computadoras fue producto de operaciones básicas de inteligencia.

“Los trabajos de inteligencia nos indicaron que (las computadoras) estaban en lugares cercanos”, sostuvo Blanco, quien dijo que la captura de Maximiliano F. A. M. ocurrió cuando los supuestos delincuentes intentaron mover los equipos. (I)