Las playas de Santa Elena recibieron ayer a turistas que llegaron a festejar el Día de San Valentín. Los anuncios de los oleajes para estos días no frenaron la visita de los bañistas.

No obstante, empresarios y ciudadanos dedicados a actividades turísticas afirman que han tenido pérdidas económicas con los anuncios de los oleajes y aguajes.

Otón Arboleda, empresario hotelero de Salinas, contó que en esta localidad no se han reportado daños serios por oleajes, ya que hace más de quince años se reforzó el malecón.

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En Santa Elena, en cambio, en la hostería, galería y museo náutico Farallón Dillon, ubicada en un cerro en la punta de Ballenita, le han sacado provecho a la ubicación del lugar y promocionan una vista del atardecer y de las corrientes.

En Ballenita, ante los oleajes, los habitantes piden mayor atención, así como la generación de nuevos atractivos.

Otro de los sitios en los que propietarios de cabañas refieren la poca llegada de turistas, en relación con años anteriores, es San Pablo, balneario de la Ruta del Spondylus. Aquí más de una docena de cabañas se vieron afectadas por el oleaje y aguaje del pasado jueves.

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Ahora, los propietarios toman medidas de prevención. Ellos han reforzado las bases de las cabañas con sacos de arena. Otros, en cambio, construyen muros de concreto.

Yolanda Romero Moreira, propietaria de la cabaña Doña Yoli, contó: “Particularmente lo que he hecho es amontonar sacos para prevenir un poco. No me he atrevido a poner piedras, ni muros de cemento. No sé qué otros daños puede ocasionar el mar”.

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Según Romero, los últimos oleajes han afectado la llegada de visitantes en un 50% en relación con la misma temporada del año anterior.

Agregó que han enviado oficios a las autoridades para ver de qué forma los ayudan.

Yoconda Domínguez, de la cabaña Patricia 2, mencionó que “el mar se ha llevado bastante arena”. “Vamos a poner sacos para evitar más daños. Nos comentan que va a venir otro oleaje”, agregó.

Según los comerciantes de San Pablo, en este sector hace más de diez años que el agua no había subido a los comedores.

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En Chulluype, barrio costero de la parroquia urbana Ballenita, de Santa Elena, el sábado hubo un deslizamiento de tierra debido al golpe de las olas.

En el lugar, dos viviendas están en riesgo. (I)

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Años atrás los comerciantes de San Pablo, en Santa Elena, vieron oleajes y aguajes como los recientes.