“Ayúdenme a encontrar a los asesinos de mi hijo”. Ese era el pedido clamoroso que repetía ayer María Mosquera, madre de Leopoldo Leonel Loza Mosquera, de 35 años, hallado muerto la noche del miércoles y enterrado en una vivienda de la ciudadela Abel Gilbert Pontón 1, en el cantón Durán.

Sentada en el portal de su vivienda, ubicada en el sector conocido como Barrio Lindo, y rodeada de familiares y vecinos, esperaba que el cuerpo de su hijo fuera llevado desde la morgue de la Policía de Guayaquil.

Fue el sábado pasado, a las 18:00, la última vez que lo vio con vida, recordó Mosquera. Iba a visitar a su novia, una menor de unos 17 años que vivía en la casa donde fue hallado el cadáver, agregó.

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Dijo que desde ese día no supo más de su paradero y como no contestaba su celular empezó a buscarlo. Presentó el lunes pasado una denuncia por su desaparición y acudió varias veces al domicilio de la menor, quien vivía con otros dos varones menores, pero no había nadie.

El hallazgo de uno de los zapatos de Loza, escondido en una de las plantas de sábila que estaban en el portal de la vivienda de la novia, le dio pistas de que algo andaba mal, dijo.

“Como había dos cañas sacadas le presté una escoba al lado y jalé un zapato, y llamé a la Policía, que tomó fotos”, dijo.

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Uno de los hermanos de la víctima regresó el miércoles a la casa de la cdla. Abel Gilbert y se dio cuenta de que había huellas de sangre. La Policía entró a la vivienda, en la que no había nadie, y tras iniciar una búsqueda localizó el cuerpo de Loza enterrado en el patio.

Según Mosquera, su hijo presentaba varios cortes en el cuello, la frente y en el cuerpo. “adentro había pala, pico y machete”. La moto en la que se transportaba Loza fue hallada en el sector de El Arbolito. Ahí se detuvo a una persona.

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Según varios vecinos, hasta ese lugar Loza habría ido a dejar a una amiga de la novia. Ambas están desaparecidas, al igual que un hermano de la menor. Mosquera dijo que presume fue por venganza. (I)