Los moradores de las calles Décima y Diez de Agosto, sector conocido como la Bahía de la Droga, en el centrosur de Guayaquil, esperan que se cumplan los ofrecimientos hechos por las autoridades después de la intervención que se hizo en la zona para desterrar el tráfico y consumo de alcaloide.

Entre las promesas, recordó Fernando Cueva, quien vive en la zona, está la construcción de una Unidad de Policía Comunitaria en los terrenos de las casas deshabitadas, que fueron demolidas porque supuestamente en ellas vendían droga.

Pero hay cierta duda, pues los dueños de esos predios, al parecer, han reclamado por la destrucción de los inmuebles y estarían demandando.

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Ayer, Cueva y su vecino, Roberto Endara, rellenaban con piedra chispa los espacios destinados para áreas verdes y que se habían convertido en foco de mosquitos, porque, según ellos, hoy llega el presidente Rafael Correa.(I)