La canciller alemana, Angela Merkel, intentó el sábado aplacar las crecientes críticas a su política de puertas abiertas con los refugiados, insistiendo en que la mayoría de los inmigrantes procedentes de Siria e Irak regresarán a casa cuando hayan acabado los conflictos bélicos en sus países.

Merkel, aunque parece estar cada vez más aislada en su política de migración, ha resistido las presiones de algunos conservadores para limitar la entrada de refugiados o para cerrar las fronteras alemanas.

El apoyo de su bloque conservador cayó por crecientes preocupaciones sobre cómo Alemania integrará a los 1,1 millones de inmigrantes que llegaron el año pasado, mientras el delito y la seguridad también están en la mira después de una ola de ataques contra mujeres en Colonia durante el Año Nuevo por parte de hombres de apariencia árabe y del norte de África.

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Merkel dijo que pese a los esfuerzos para integrar y ayudar a los refugiados, era importante destacar que éstos habían recibido un estatus de residencia temporal.

"Necesitamos (...) decir a la gente que se trata de un estatus temporal de residencia y esperamos que cuando haya paz de nuevo en Siria, cuando el EI (Estado Islámico) haya sido derrotado en Irak, que regresen a vuestros países con el conocimiento que hayan adquirido", dijo Merkel en una reunión de miembros de su partido Unión Demócrata Cristiana en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.

Merkel dijo que el 70 %de los refugiados que huyeron a Alemania desde la ex Yugoslavia en la década de 1990 habían regresado a su país. (I)