El presidente de la Mesa de la Unidad Democrática de Venezuela, Jesús Torrealba, usó una alegoría para explicarle al precandidato presidencial de CREO, Guillermo Lasso, la importancia de la estrategia para enfrentar a los adversarios políticos: Si se mete a una piscina donde hay un tiburón, como si fuese Tarzán, con un cuchillo entre los dientes para matarlo, seguro será devorado. Pero si le quita el agua, el tiburón se asfixiará y lo podrá tajar. El tiburón es el proyecto “político totalitario” y el agua, el “resentimiento social” del que se nutre, explicó.

Lasso invitó ayer a desayunar a Torrealba dentro de su visita de dos días a Caracas, para conocer la experiencia de unidad de la oposición de ese país.

El venezolano le advirtió que el camino de la unidad “es largo” y que pasa por entender que no es una forma de lograr votos sino de rescatar valores.

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Se reunió con el diputado Ángel Alvarado (Primero Justicia, grupo de Henrique Capriles), y el alcalde de El Hatillo, Daniel Smolosky (Voluntad Popular, de Leopoldo López).

Luego se trasladó hasta la sede de la Asamblea. Junto a la fuente principal, saludó con su presidente Henry Ramos.

El legislador le dijo que la región tiene el desafío de recuperar la democracia de los “líderes autocráticos”. Lasso se solidarizó con los presos políticos. (I)