Su rostro refleja alegría y satisfacción. El proyecto de formar un grupo coral de niños en Samborondón que surgió en el 2010 y que comenzó en el 2011 se mantiene y el año pasado se extendió también para adultos.

La cantante y compositora Astrid Achi es la fundadora y directora del coro de niños Voces Blancas y del de trabajadores del Municipio de Samborondón, que integra además de los empleados del Cabildo a algunos de sus familiares.

Voces Blancas se conformó hace cinco años. La soprano comenzó con niños de La Puntilla y de Ciudad Samborondón en las instalaciones de la Alianza Francesa, en el km 2,5. Luego, como a los niños se les hacía difícil el traslado, el Municipio de Samborondón les facilitó un espacio para reunirse en el Museo Municipal, ubicado en Ciudad Samborondón.

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El propósito que tiene ella al crear los coros es formar líderes y demostrar a la comunidad que hay disciplina dentro de la música y que ayuda al desarrollo de niños y adultos en varias áreas.

“Aumenta la capacidad de memorización, son seres organizados, todo lo que va haciéndose progresivamente va enseñándoles un sistema de vida”, expresa.

Algunos de los niños del coro que han crecido se han integrado al coro de trabajadores del Municipio de Samborondón.

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“Hay mucho talento aquí”, sostiene Astrid emocionada mientras observa a un grupo de alumnos.

Karina Castro, de 9 años de edad, es una de las alumnas del coro. El viernes 15 de enero que se reunieron varios de sus compañeros para la foto con Astrid, dijo emocionada que llevaba puestos sus aretes favoritos, los de conejitos, porque era un día especial. “Si se trata de la profesora es con nosotros, porque la amamos pues con ella he aprendido las notas (musicales) y a cantar bien”.

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Karina Bruno, mamá de la niña, dice que al ser parte del coro además ha perdido el miedo escénico. “Ya no tiene temores, cuando va a las fiestas se pone a cantar lo que aprende en el coro, antes era cohibida”, expresa con entusiasmo.

Diana Cardozo, de 26 años y miembro del coro de trabajadores del Municipio, manifiesta que la base de la enseñanza de Astrid es la disciplina. “Ella hace hincapié en que no faltemos, que estemos atentos en los repasos, como persona es sencilla, se da a conocer como es, es sincera, alegre y dinámica. Gracias a la metodología que aplica en las clases yo he podido tener más visión en mi vida diaria”, asegura.

El trabajo de Astrid empezó con niños porque vio que en Samborondón no había un semillero de talentos musicales.. “Ellos son los que motivan a los padres y una puerta de apertura hacia cualquier tipo de manifestación de arte”, asegura Astrid. Su rostro muestra ternura y dice que de los niños se puede aprender mucho. “Hay una generosidad extraordinaria. No tienen miedo y son descomplicados para hacer las cosas, se suben al escenario, se ponen bien, les gusta estar preciosos con sus uniformes, camisetas, gorritas, son los más entusiasmados”, comenta.

Hace dos años los niños del coro grabaron un CD con seis canciones con mensajes para niños y temas sobre Samborondón como El zambo Rendón.

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Su meta es continuar trabajando para descubrir talentos solistas y compositores en Samborondón. “Encontrar las bases intrínsecas de la cultura samborondeña que sea la que se vaya a rescatar”, afirma.

Astrid da clases con el maestro de música Richard Talbot Crespo. Ella tiene 25 años de trayectoria profesional y hace diez años comenzó a dirigir el coro de adultos del Municipio de Guayaquil. (I)

Dicen de ella Ella incentiva a los niños, tiene carisma. Mi hija ha aprendido mucho y además con el coro ha perdido el miedo, ya no es una niña cohibida”.Karina Bruno, Madre de estudiante del coro