Con la crisis económica en Brasil, hasta una máscara para el carnaval puede salir del presupuesto: es el temor de una tradicional fábrica en Río de Janeiro, que apostará en los rostros de King Kong, Osama Bin Laden y un "policía japonés" para sobrevivir este año.

"En todos estos años nunca vi una crisis igual a esta, nuestra producción está 30 % por debajo de años anteriores. Son varios factores, la crisis, lógicamente, y también el hecho de que el carnaval sea tan pronto, en febrero", explicó a la AFP Olga Gilbert, propietaria de la fábrica en Sao Gonçalo (vecina a Río), sobre la recesión con alta inflación y desempleo que enfrenta el país.

Faltan unas dos semanas para la apertura oficial de la fiesta, cuya apoteosis son los dos días de desfiles de las escuelas de samba en el sambódromo. Pero desde este fin de semana comenzaron los llamados 'blocos' del carnaval callejero que se extienden por toda la ciudad.

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Y es allí donde curiosos disfraces salen a relucir.

Las máscaras más solicitadas son las de "King Kong y Bin Laden, incluso la de 'La muerte'", explicó la empresaria, asegurando que las de los políticos no han tenido demanda.

RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Máscaras de Osama Bin Laden, fallecido fundador del grupo terrorista Al Qaeda (AFP)

"En otros países usan las máscaras para protestar, aquí las usan para elogiar. Y este año infelizmente hay pocos políticos para elogiar", lamentó Gilbert, que no obstante tiene máscaras de la presidenta Dilma Rousseff y el diputado ultraconservador Eduardo Cuña, que autorizó su juicio político.

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La imagen del policía federal Newton Ishii, que tiene rasgos japoneses, es la novedad de este año en la fábrica.

"La figura de este japonés siempre aparece cuando hay un arresto, cuando alguien va a prisión" por la llamada operación Lava Jato, que investiga una trama de corrupción en Petrobras. "Él tiene el derecho de su imagen por lo que no pudimos hacerlo exactamente igual. Aprovechamos una máscara de samurái y lo transformamos más hacia el policía", explicó Gilbert, que produjo 250.000 unidades el año pasado.

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Gilbert espera compensar la caída en sus ventas en el mercado doméstico con las exportaciones, aprovechando la caída del valor del real frente al dólar, que hace sus precios más competitivos, y el encarecimiento de los productos chinos. (I)