Dos de sus nueve hijos llevan nombres alusivos a personajes reconocidos a nivel mundial. Uno se llama Bill Clinton, en honor al expresidente estadounidense; otra, Elizabeth Taylor, por la fallecida actriz de cine.

Aniceto Borrero Campuzano, de 56 años, nacido en la parroquia riosense Ricaurte, cantón Urdaneta, refiere que su nombre mismo es particular.

Y bajo esa premisa bautizó su local de chuzos y tortillas como Grueso Largo K-Bezón. “Que la clientela piense lo que quiera y se ría por un momento”, dice Aniceto sobre el porqué del nombre, del cual reconoce que se presta a interpretaciones.

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El primer local, de los quince actuales, lo abrió en la parroquia La Aurora, en la zona de la La Joya, en febrero de 2015.

Aniceto asegura que su emprendimiento surgió de “un despertar espiritual”. Dice que hace 35 años, descansando en su Ricaurte natal, visualizó cómo debía colocar su negocio de chuzos y tortillas, el cual inició como Asadero Aniceto.

Era la década del ochenta y había perdido en un negocio agrícola la mitad de un préstamo de 700.000 sucres (moneda de la época). Afirma que durante un mes se dedicó a orar hasta que avizoró los colores amarillo y rojo de cómo sería el inicio de su servicio de comida en la provincia de Los Ríos.

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Fue tal el despunte, manifiesta Aniceto, que eso le permitió abrirse en otros negocios de piladores y haciendas. “Me encanta atender a las personas, conversar con todo ser humano”, confiesa el hombre que sostiene que minimiza el uso de aceites en sus productos.

“No tienen ni una gota de aceite. Están hechos al carbón y a la plancha”, comenta de sus chuzos y tortillas de papa.

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Como estrategia publicitaria, Aniceto mantiene una galería en la que él aparece con distintos clientes, incluso recrea publicaciones de prensa en las que asegura que, por ejemplo, los futbolistas argentinos Messi y Maradona tienen interés en probar sus chuzos.

Su jornada de trabajo se inicia a las 07:00 cuando junto con sus 50 colaboradores arman los pinchos y precocina las tortillas en una planta ubicada en Durán. Luego, a las 15:00, empieza a distribuir los bocados a los quince locales. De ahí hasta la medianoche atiende a la clientela. “Todo es fresco, del día, nada guardado”, dice Aniceto.

Vende chuzos cuencanos, de pollo, parrillada y de lomo. Además, tortillas de verde, yuca, papa y mote, a entre $ 1 y $ 3. Hoy, el éxito de su oferta única y saludable, según él, ha motivado la venta de la franquicia a cinco de sus clientes. (I)

Apuntes
Locales

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Venta de chuzos
Aniceto Borreo vende sus chuzos en La Aurora (2 sitios), Samanes, Alborada (2), Urdenor, Machala y Luque, Puerto Azul, Tres Postes, Durán, autopista Narcisa de Jesús (por Metrópolis), Urdesa norte, Garzota, entre otros puntos.