Se ligó al negocio de la comida hace trece años cuando lavaba platos en el local de una cadena americana de restaurantes. Hoy, José Luis Ochoa, de 32 años, es el gerente de Operaciones del negocio de comida rápida Hot Chicken, una marca ecuatoriana que tiene en el mercado tres años y que cuenta ahora con tres locales.

En septiembre del 2013 abrió su primer restaurante en la ciudadela Quisquís, cerca de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil. En el 2014 inauguró otro local en Los Rosales, al borde de la avenida Francisco de Orellana; y hace tres meses ofrece pollo a la brasa en la Alborada, en la calle Benjamín Carrión, cerca de un centro comercial.

“En el mercado guayaquileño el pollo a la brasa es visto que se come en locales supersencillos, nosotros queremos ofrecerlo de una manera diferente”, dice Ochoa, graduado de ingeniero electrónico en la Universidad Salesiana.

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“El producto para nuestros clientes debe ser de buena calidad, partiendo de la comida, del servicio, que el cliente reciba una buena atención”, agrega el gerente, quien confiesa que gusta de la guatita y del seco de pollo.

Ochoa reconoce que jamás se imaginó que iba a dedicarse a lo gastronómico.

“Yo soy ingeniero electrónico, nada que ver con lo que hago. Empecé trabajando muy joven en Friday. Allí fui creciendo e hice todo un entrenamiento en todas las áreas”, comenta.

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En los tres locales de Hot Chicken el plato fuerte es el pollo asado. También se ofrecen pollo con menestra, seco de pollo, churrasco de pollo, aguado, entre otros preparados típicos.

Ochoa indica que desde la apertura del nuevo local las ventas han sido buenas, debido a que en una semana han despachado cerca de 600 platos y aspira a que se incrementen. Los precios van desde $ 2 hasta $ 4, pero si desea un pollo entero hay promociones de $ 11,99. (I)