El Parlamento de Venezuela, controlado por la oposición, definía este martes su respuesta al fallo judicial que lo dejó contra las cuerdas, al anular todas sus decisiones por haber incorporado a tres diputados impugnados.

Tras verificar el quorum dos veces, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, canceló la sesión de este martes y la convocó para el miércoles a las 10H30 locales (15H00 GMT), cuando -según anunció- la oposición hará un "pronunciamiento de fondo" sobre la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

"No hubo quorum, no hubo presencia ni de la bancada de la oposición ni de la bancada del gobierno. Mañana daremos cuenta de la decisión de la Asamblea", declaró Ramos Allup, acosado por la prensa en el palacio legislativo, afuera del cual protestaban simpatizantes del oficialismo.

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Al salir de un vacío hemiciclo, adonde sólo llegaron unos cuatro legisladores opositores, Ramos Allup no explicó la razón por la que los opositores se ausentaron y se limitó a insistir en que la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunciará su postura tras hacer consultas jurídicas.

El TSJ, según la oposición alineado con el gobierno, declaró el lunes nulos todos los actos del nuevo Parlamento mientras sigan incorporados tres diputados opositores del estado Amazonas, cuya elección fue suspendida temporalmente por ese órgano en diciembre al admitir una impugnación presentada por el partido de gobierno.

Ramos Allup dijo luego a CNN que los tres diputados suspendidos solicitaron al parlamento su desincorporación para defenderse judicialmente de las acusaciones de fraude electoral y "evitar que con esta maniobra el TSJ haga nugatoria la actividad de la Asamblea Nacional".

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La corte también consideró en desacato a la directiva opositora de la cámara, que, desafiante juramentó a los tres legisladores. La MUD reivindicó así una mayoría de dos tercios (112 de 167 curules) con la que se propone buscar una vía para cambiar al gobierno, aprobar una amnistía para presos políticos y reformas económicas.

"La Asamblea Nacional en pocos días ha creado una serie de enredos para la vida institucional del país (...) Llegaron borrachos de poder, envalentonados, porque creyeron que ha llegado la hora. Pero yo tengo confianza", manifestó este martes el presidente Nicolás Maduro en un acto público.

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En una carta enviada a Maduro, la decisión del TSJ contra los tres diputados opositores electos en Amazonas fue calificada por Luis Almagro, secretario general de la OEA, como un "golpe directo" a los electores, lo que constituye una "erosión de la democracia".

En lo que sería una señal de acercamiento entre la oposición y el oficialismo, Ramos Allup reveló que el lunes conversó telefónicamente en dos oportunidades con el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, quien podría ser "un facilitador en las comunicaciones" entre el Ejecutivo y el Legislativo, dijo.

Mientras la oposición decide qué hacer, corre el tiempo para que Maduro presente, según la Constitución a más tardar el próximo viernes, su informe anual de labores ante el parlamento.

Según Ramos Allup, el martes la seguridad presidencial coordinó con la Asamblea lo relacionado con la comparecencia de Maduro. Pero el oficialismo planteó la posibilidad de que el mandatario no rinda su informe ante los congresistas, sino en el TSJ.

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El diputado y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, anunció que el bloque socialista consultará al TSJ para que determine si su Sala Constitucional puede legislar en sustitución de la Asamblea mientras su directiva siga en "desacato".

"Una vez que ellos acaten, el presidente tomará la decisión, tiene que prevalecer la sensatez", declaró la esposa de Maduro y diputada Cilia Flores, quien se reunió informalmente con Ramos Allup y otros legisladores.

Maduro tenía previsto presentar al Parlamento este martes un decreto de emergencia para encarar la grave crisis económica del país, reflejada en una inflación superior al 200% -según cálculos privados- y una severa escasez de productos básicos que provoca largas filas en los supermercados.

Pero ahora, tras el fallo del TSJ, Maduro dijo que anunciará en breve sus medidas para reactivar la producción y que Venezuela reactivará el cabildeo para concertar una estrategia dentro y fuera de la OPEP que eleve los precios del petróleo, que cayó a 24 dólares por barril.

"Estamos en medio de una tormenta económica y sólo en socialismo y revolución podemos pasarla", agregó Maduro, quien reorganizó su gabinete con un equipo económico que apuesta por una línea dura de izquierda para encarar la "guerra económica de empresarios de derecha".

Para el analista Luis Vicente León, tanto el gobierno como la oposición deberían de concentrarse "en resolver la economía porque Venezuela está rodando por el barranco".

Por su parte, el politólogo Ricardo Sucre sostiene que el choque de poderes obedece a un "reacomodo de fuerzas" tras perder el chavismo la hegemonía que mantuvo por 17 años, y dijo confiar en que el enfrentamiento lleve a "fijar reglas" para un diálogo. (I)