Aunque venía de familia de médicos, ella siempre quiso ser arquitecta y dice que a su papá, sobre todo, eso le pareció muy raro. Sin embargo, eso no la desanimó, y la entonces joven Francia Rodríguez empezó sus estudios de arquitectura en su país, República Dominicana.

Con el deseo de superarse y de estar más cerca del arte y sus estilos, se fue a Roma, Italia, con la intención de terminar su carrera de arquitectura, pero llegando allá, recuerda hoy, casi 60 años después, que un tío que vivía allá, la había inscrito en un instituto de diseño.

No se resistió, era como haber sabido que ahí estaba su destino. En esos años de estudio en el instituto conoció a la ecuatoriana Tanya Klein, con quien compartía aulas, y por esas casualidades de la vida conoció allá a Roberto Sadum, guayaquileño hijo de italianos.

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Con Sadum se casó y ya estando acá Tanya Klein la invitó a ella y a Mariela Turner de Silva, otra diseñadora, a formar Eurodiseño, un instituto de diseño, que se creó en 1995 y que funciona en Urdesa central.

Antes, Francia terminó su carrera de arquitectura aquí, en la Universidad Estatal, y ejerció por un tiempo, pero desde su creación se dedica de lleno a Eurodiseño, del que ya perdió la cuenta cuántos técnicos y tecnólogos en diseño han salido, “y todos trabajando y muy bien en el mercado”.

En Eurodiseño se ofrecen las carreras técnicas de Diseño de Modas, Diseño de Jardines, Diseño de Joyas y Diseño de Interiores. Cuenta actualmente con un staff de 20 profesores, “porque le enseñamos de todo”, dice orgullosa Francia, a quien prácticamente ya no se le nota el peculiar acento dominicano. Hay dos modalidades: con dos años de estudio los alumnos salen con el título de técnicos, y con tres años, como tecnólogos.

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“Aquí les enseñamos Historia del Arte, Historia de los Muebles, Historia de los Jardines, de las Joyas, Dibujo Técnico, Pensamiento Crítico... son muchas las materias que tienen que aprender los estudiantes que vienen aquí”, comenta.

Dice que el diseño está presente en todo lo que nos rodea y lamenta que a veces se vea esta carrera como algo fácil o fatuo. “Acá vienen chicos pensando que es fácil y cuando ven que no lo es tanto y que hay muchas materias y que hay que estudiar, se retiran”, se lamenta, al tiempo de añadir que quienes siguen comienzan a trabajar muy pronto, incluso antes de graduarse, con pasantías en diferentes empresas del medio.

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Francia es especialista en Diseño de Jardines y dicta clases de Historia del Arte, Historia de las Joyas y de Pensamiento Crítico. “En esto hay que saber mucho de actualidad, pero también mucho de historia y de antigüedad”, dice Francia, que hace unos años, ante la necesidad de tener una maestría, hizo una en la Politécnica en Arqueología del Neotrópico.

“Fue como hacer realidad un sueño, yo quería estudiar primero arqueología, antes que arquitectura”, comenta emocionada.

Guayaquil y familia
A República Dominicana va una vez por año y de Guayaquil, dice que le gustó desde que llegó, en 1967, por la forma de ser de su gente, y valora los estilos arquitectónicos como los portales y el desarrollo urbanístico actual, así como el Malecón Simón Bolívar.

Es madre de tres hijos: Bruno y Eduardo, que son ingenieros, y Alberto, que heredó de su abuelo materno el gusto por la medicina y es médico traumatólogo.

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Sus hijos le han dado siete nietos, dos de ellos ya estudiantes universitarios y que heredaron de su abuela la pasión por la arquitectura y estudian esa carrera, uno en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil y la otra en una universidad de Estados Unidos. (I)

Aquí les enseñamos Historia del Arte, Historia de los Muebles, Historia de los Jardines, de las Joyas, Dibujo Técnico, Pensamiento Crítico... son muchas las materias que tienen que aprender los estudiantes” .