El cartel narcotraficante conocido como Los Rojos, que opera principalmente en el centro de México, podría estar detrás del asesinato de una alcaldesa de Morelos, ultimada a balazos un día después de asumir el cargo, informaron ayer autoridades.

La muerte de Gisela Mota, de 33 años, conmocionó a la nación y puso de relieve la violencia que azota al céntrico estado de Morelos, así como las amenazas que los alcaldes enfrentan en México.

Mota fue asesinada a tiros en su casa el sábado pasado, apenas 24 horas después de que tomara posesión como alcaldesa en Temixco, a unos 90 km al sur de Ciudad de México.

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“Las líneas de investigación señalan que fue el grupo delincuencial de Los Rojos los responsables del asesinato de Gisela Mota”, indicó el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, a través de Twitter.

Ramírez dijo que el asesinato de Mota “es una clara amenaza para que los presidentes municipales que entraron en funciones no acepten” la instalación del mando único, como se le conoce a la supeditación de policías municipales a los estatales para evitar que el crimen organizado corrompa a las fuerzas de seguridad.

Mota había expresado públicamente su decisión de ratificar ese convenio policiaco.

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El gobernador dijo que se buscaba convencer a otras autoridades de que no acepten que los policías locales estén bajo un mando único estatal.

Según Ramírez, lo que intenta el crimen organizado es aprovecharse de la coyuntura política actual de cambio en los gobiernos locales para volver a controlar a todas las policías municipales, tradicionalmente los cuerpos de seguridad más corruptibles.

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Ramón Castro, obispo de la diócesis de Cuernavaca, también consideró que el ataque pudo ser “una advertencia” para los demás alcaldes. “Si no cooperas con el crimen organizado, mira lo que te va a pasar”, refirió el religioso. (I)